La inclusión de personas con trastorno del espectro autista (TEA) en el ámbito escolar requiere una metodología docente basada en los procesos de mediación, referida a dos dimensiones básicas: 1) la mediación a lo largo del proceso de enseñanza- aprendizaje o mediación perceptivo- cognitiva y 2) la mediación socio- cognitiva o sistema de apoyo naturalista en los diferentes espacios y tiempos del desarrollo de la actividad escolar.
Mediación perceptivo-cognitiva
El proceso de enseñanza- aprendizaje de un contenido de aprendizaje ha de situarse sobre la base de otro contenido previamente aprendido, recuperado a partir de los nodos neurales o relaciones semánticas establecidos durante su proceso de adquisición. Pues bien, una de las metodologías didácticas actuales para promover el desarrollo constructivo de aprendizajes significativos y activos se apoya en el método de "resolución de problemas" (RP). Con este método, se facilita la autorregulación del aprendizaje al permitir un desarrollo autónomo de los estudiantes, lo cual les permite mantener un proceso constante de reflexión sobre la situación, la elaboración de posibles hipótesis alternativas de solución y, finalmente, tomar la decisión más adecuada a cada situación planteada.
El método de resolución de problemas implica cuatro pasos claramente definidos:
1) Comprender una demanda planteada
2) Establecer un plan de desarrollo para responder a ella
3) Ejecutar un plan de actuación
4) Establecer una visión retrospectiva de todo el proceso
Por este motivo, el proceso educativo así planificado facilita la ejecución de la memoria semántica a lo largo de todo el proceso ejecutivo central, debido a que el desempeño funcional de la resolución del problema se concibe de forma integral, activando el mecanismo cognitivo (atención) intrínseco al proceso de aprendizaje, generando un compromiso activo y la disposición positiva (motivación) de los estudiantes ante el proceso de aprendizaje- objetivo.
Mediación socio-cognitiva
Este proceso de enseñanza requiere una serie de cambios en la metodología didáctica actual, en relación con
1) La funcionalidad del profesorado de apoyo- profesorado de la materia. En este sentido, los estudiantes colaboran en pequeños grupos durante la realización de las tareas planificadas, con la ayuda y supervisión mediada del profesorado de apoyo, de acuerdo con las necesidades particulares y la evolución del aprendizaje.
2) El nombramiento de un docente tutor que, al margen del docente tutor de aula, constituye una referencia a nivel de centro relativa a las necesidades del alumnado con TEA, así como respecto a la coordinación de la medidas educativas y sociales en relación con la respuesta educativa implementada.
3) El nombramiento de un estudiante tutor perteneciente a la misma clase del estudiante con TEA, con la finalidad de ayudarle a resolver cualquier duda o cuestión que pueda surgir en el ámbito del desarrollo de las clases.
4) La creación de una comisión de apoyo de iguales de mayor edad, formada por 3-5 estudiantes, con el objetivo de realizar labores de ayuda para los procesos de participación y socialización del estudiante con TEA durante los períodos de recreo y tiempos de ocio.
Sobre este marco global de actuación y con el fin de que las propuestas anteriores se incardinen en un sistema mediado amplio de la intervención, esta metodología ha de incluir el nivel familiar y el ámbito social, lo cual está perfectamente recogido por el modelo de aprendizaje Pivotal Response Treatment (PRT), el cual responde de manera efectiva a estas iniciativas sobre la base de un amplio proceso de formación específico basado en los datos, cuyos objetivos generales son:
1) Fundamentar la práctica sobre las necesidades educativas detectadas durante el proceso de aprendizaje.
2) Incluir la participación de la familia y otros factores sociales en las medidas de formación e intervención.
3) Evaluar continuadamente el conjunto del proceso y repensar la práctica docente en función de la evaluación anterior.
