Al COB se lo come el miedo

OURENSE 7/02/2020.- COB-CÁCERES, partido de baloncesto en el Pazo. José Paz
El equipo ourensano sumó ante el Cáceres una nueva derrota y confirma su delicada situación en un partido que ratificó la debilidad mental de la plantilla

Pongamos que en el COB llega a Cáceres sin Darko Balaban, Kevin van Wijk y Pol Figueras. Domina el partido desde el primer minuto, llega a ganar por 25 puntos de diferencia y gana sin agobios. Un partidazo. Eso es lo que hizo ayer el Cáceres en un Pazo que pagó con el arbitraje la impotencia de ver a su equipo a merced del rival y maniatado por el miedo y la responsabilidad. Dejando la preocupante confirmación de tener que jugar por la permanencia con una plantilla escondida debajo de la cama.

El Cáceres entrenó con público. De la mano de Ricardo Uriz jugó a placer ante cuantas defensas le puso un COB ya a la desesperada en el segundo cuarto. En cuanto vio que iba a tener que sufrir, desertó. Se limitó acompañar en defensa, a cabrearse consigo mismo y a buscar en las zapatillas la solución a sus problemas. Cabezas bajas y miradas perdidas al primer zarandeo.

El rival movía la pelota con facilidad en el perímetro, encontraba siempre buenas posiciones de tiro, cuando tocaba atacar el aro tampoco tenía problemas y mucho de lo que fallaba lo recuperaba para volver a intentarlo. Sin pívots, el Cáceres anotó 46 puntos en la primera mitad. El COB se fue al descanso haciendo 29 tiros de campo y su rival, 45. Y faltaba lo peor.


Segunda mitad


La salida de vestuarios acrecentó el problema. Impotente en defensa, sin recursos tampoco desde la pizarra y con una permanente sensación de inmovilismo. Y no por ganas, por estar atenazados.

El COB jugó con dos bases que no miran el aro, aleros que solo tiran de tres y pívots que no son capaces de hacerse fuertes cerca del aro ni fiables en el rebote. Los últimos en llegar son las únicas referencias a las que recurrir. Urtasun por calidad y Sima por insistencia.

Mediada la segunda mitad lo de menos era ya el marcador. La ventaja visitante llegó a ser de 25 puntos (36-61). Confirmada la derrota, lo único "positivo" es que se acabaron los pájaros del play off. Toca centrarse en la permanencia y en salvar los muebles en una temporada en proceso degenerativo constante. Con una plantilla más larga y experimentada, pero con números y sensaciones similares a la liga que empezó 1-14. Ahora el COB firma un decepcionante 2-12.

Hay plantillas que no quieren. En esos casos la solución es alzar la voz, mejorar la nómina o el banquillo. No es el caso del COB. Y ese es otro problema. Un equipo impecable de actitud en las jornadas de diario, pero que no hace acto de presencia cuando llega el día de partido. Sobre todo en el Pazo. Un problema si fuese un entretenimiento y una condena cuando es deporte profesional. Aquí la actitud se da por sentada y el rendimiento es lo que se valora.

El COB ha demostrado no tener baloncesto ni valentía para pelear por el play off de ascenso. Ahora tiene que demostrar que sí le llega para evitar el descenso. No ha sabido jugar por la ilusión y tiene ahora que hacerlo contra el miedo. Mal negocio y peores sensaciones.

Quizá una decepción para muchos y un problema para algunos, pero una prioridad para un club y una afición que, hasta ahora, han estado muy por encima del rendimiento del equipo.

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