El COB se enfrenta a un equipo como una catedral

El COB tiene este sábado la primera de sus cinco oportunidades para lograr la victoria que le falta para sellar la permanencia. Visto así no parece un reto complicado, pero analizando los rivales la dificultad aumenta considerablemente. Tres son equipos de play off (Lleida, Alicante y Burgos), uno es el líder (Andorra) y otro un rival directo (Iraurgi). Por lógica y por convicción el equipo ourensano irá partido a partido y el primero es ya un reto mayúsculo. El Burgos es un rival enorme desde todos los puntos de vista. A años luz por presupuesto, gigante por afición y temible en lo realmente importante, equipo y entrenador. De hecho lo difícil es encontrar explicación a las 11 derrotas que lleva, la forma en alguna de ellas y tenerlo fuera de la pelea por el ascenso directo casi desde el pistoletazo de salida. El Burgos tenía equipo imponente de inicio y se ha reforzado hasta los dientes para ser mejor todavía cromo a cromo. Posiciones dobladas y todas con jugadores con galones en la liga y en varios casos también en la ACB. Experiencia en la dirección, puntería en el perímetro, físico y versatilidad en los interiores y sin dependencia de nadie. 15 jugadores ha utilizado el Burgos esta temporada, todos titularísimos en cualquier otro equipo. Dos entrenadores de élite y una afición sin comparación en el baloncesto nacional. Lo tiene todo el Burgos para dar miedo en la liga y para salir de ella por la vía rápida, pero por ahora solo se queda con lo primero, y a medias. Capaz de caer estrepitosamente en casa ante el Albacete y en el siguiente partido en casa desplumar al Palencia y liquidarlo ya antes del descanso. Demasiado irregular en una liga que castiga precisamente eso cuando el objetivo es tan ambicioso. La recta final de la primera vuelta, con derrota en Ourense incluida, lo apartó de la pelea por el ascenso directo. Otra mala racha mediada la segunda lo tiene incluso con poco margen para conseguir el factor pista. Solo vale ascender El Burgos juega y entrena a diario con la presión de saber que todo lo que no sea el ascenso a la ACB es un fracaso sonoro, pero con la confianza de que su máximo nivel lo hace favorito indiscutible para conseguirlo. Prueba de ello es que trabaja ya en los despachos para conseguir ser el anfitrión de una Final Four que le daría ventaja absoluta por el apoyo de su mejor aval, el Coliseum. Pase lo que pase, el COB tiene este sábado el privilegio y el gustazo de jugar en una cancha para presumir y contra un equipo contra el que disfrutar. Si además gana ya sería la bomba.