El COB abrió el domingo en A Coruña las puertas a las dudas en su juego y en su actitud tras un derbi sin nada que aprovechar. Después de la victoria ante el Castellón, el equipo entrenado por Guillermo Arenas había ganado en credibilidad y en consistencia (tanto ofensiva como defensiva), pero en Riazor se desintegró. Lo que pasó está claro y no admite dudas, la clave es intentar saber los porqués.
PÉRDIDAS DE BALÓN
El peor de la liga… de largo
El COB empezó el partido ante el Básquet Coruña ganando el salto inicial, pero agotando la posesión en su primer ataque. Fue solo una de las 19 pérdidas de balón que encadenó durante el partido. Lo más grave es que esa cifra, alarmante, está en la media de un equipo que lidera con mucha diferencia la liga en esa parcela.
18 pérdidas por partido es una cifra inadmisible para un equipo que quiera ser competitivo y el problema se agrava cuando sus dos bases suman casi la mitad de ellas. Falta de concentración y de lectura de juego que se repiten recurrentemente durante los partidos.
NO SE RECUPERAN BALONES
El peor de la liga… también
Dos balones recuperó el COB en el derbi, y también ahí está en sus números de la temporada (2,5). Este dato es todavía más grave que el anterior, denota una alarmante falta de intensidad en todas las las líneas. El equipo ourensano está a años luz de los mejores equipos de la liga, como Básquet Coruña (9,8) o Estudiantes (7,8), pero también lejos de los peores.
La diferencia entre pérdidas y recuperaciones deja al COB con 16 posesiones menos que el rival, un lastre muy complicado de equilibrar en el marcador e imposible de justificar. Falta concentración en ataque e intensidad en defensa.
EL LIDERAZGO
No hay
El COB no tiene un jugador(es) que lleven las riendas y asuman los tiros cuando amenaza el reloj o el marcador.
Chaz Williams renuncia a tiros que debe hacer, Gjuroski hizo lo mismo ante el Estudiantes, Willet no tiene lectura del juego y Pilepic bota el balón más de lo que tira. En la zona ni a Aboubacar ni a Chapero se les puede pedir que sean referentes. El fichaje de Fahrudin Manjgafic tampoco parece que vaya a solucionar ese problema.
EL ESTILO
Vuelta a las andadas
La derrota contra el Gipuzkoa no se entendió de puertas para adentro. Tras una pretemporada diseñando un equipo que fuese capaz de jugar atrevido y vertical, el COB cayó en un baloncesto masticado y sin continuidad y terminó con una derrota que consideran evitable. Ante Estudiantes y Castellón se recuperó el estilo, pero en el derbi el juego se volvió a parar. Demasiados tiros que no se hacen y posesiones que se eternizan sin sacar ventajas. La plantilla está cerrada y la pizarra debe decidir qué estilo tendrá.
APROVECHAR EL PERÍMETRO
Pilepic no tira y Willet se estrella
José Nogués y Ferrán Ventura están teniendo un papel secundario en este inicio de liga y los dos “titulares” son demasiado irregulares.
Fran Pilepic es un jugador que destaca por su capacidad para castigar saliendo con ventaja de los bloqueos indirectos y anotar tirando o atacando la zona en ventaja, pero está recibiendo la mayoría de las veces muy alejado de la línea de tres puntos. Lo obliga a botar el balón, acumular pérdidas, cansancio y bajos porcentajes. No tiene ventajas en el ataque en estático.
Shaun Willet tiene el aro entre ceja y ceja, pero le falta lectura de juego y los ataques tampoco le ayudan a tener ventajas y poder llegar a la canasta sin tener que superar a varios defensores.
El regreso de Gjuroski y la llegada de Manjgafic pueden (deben) dar más espacios. Son dos buenas amenazas tanto en el bloqueo directo como abriendo el campo con su sola presencia en pista. Luego decidirán los porcentajes de acierto, pero el COB tiene que empezar por encontrar buenas posiciones para sus referentes y no renunciar a los tiros cuando se consiguen.