El equipo ourensano sumó ante el Castellón una victoria convincente, la segunda consecutiva en el Pazo, y está en puesto de play off de ascenso
El COB sumó ante el Castellón su quinta victoria de la temporada, la segunda consecutiva en un Pazo al que le toca ahora disfrutar de la cara positiva de la su equipo. Y es que los ourensanos pelean todavía consigo mismos por definirse como equipo ambicioso desde la prudencia o modesto partiendo de la capacidad de progresión.
La irregularidad y la falta de equilibrio de hace una semana en Pamplona se convirtió ayer en continuidad, acierto y consistencia. Una derrota evitable dio paso a un triunfo convincente. Una pelea de diván y pizarra con más méritos que críticas.
El de ayer volvió a ser un COB para pensar en positivo. Minimizó al Burgos y repitió faena con el Castellón. No es sencillo sacar del carril a un equipo que anota por decreto y que llega pleno de confianza. Y los de Gonzalo García de Vitoria lo consiguieron casi siempre. Nunca permitieron al Castellón enlazar buenas rachas ni jugar con el marcador. Lo limitaron en el juego a la carrera y lo obligaron a jugar siempre un paso por delante de la línea de tres. Lo dejaron en 75 puntos cuando promedia más de 84. Y gracias, porque a cuatro minutos del final estaban en 60.
El COB de ayer tiene muchos méritos de los que presumir. No importó que Agbelese negociase con algún rebote y con alguna defensa o que Rowley necesite un diván para él solo para recuperar una confianza tan olvidada como merecida por actitud. El nigeriano aporta más pero el caribeño se esfuerza el doble. Sin mucho de ninguno, su equipo fue mejor o al menos igual bajo los aros.
Kapelan, Martínez y 'os dous de sempre' asumieron el protagonismo en ataque, pero esta vez la victoria llegó desde la defensa. Exigentes en el uno contra uno, agresivos en el trabajo de bloqueo directo e intensos en el rebote. De nuevo un gran COB.
Y por esa norma sin lógica pero incuestionable, cuando defiendes mejor, atacas mejor. Y ahí Kapelan no necesita invitación para acabar siendo protagonista.
El canadiense clavó cinco triples en el partido y tres en el último cuarto. Con los dos primeros abrió la única brecha importante del partido (73-60) y con el tercero acabó con una reacción irreal de los visitantes.
Martínez fue esta vez el alumno aventajado. Cuatro triples metió el colegial y asumiendo puntos importantes en momentos clave. Pide minutos el chaval. Otro que no admite un pero en actitud. Max Salash, más de lo mismo.
Lo de Rejón y Rivero ya no necesita explicación. El pívot fue sustento durante los cuartos intermedios y el base empezó bien y acabó igual. Cuando el reloj avisa o el marcador aprieta, balones a ellos.
Entre todos firmaron un partido que vuelve a impulsar la confianza y la credibilidad del equipo pero que tendrá que ser ratificada en Lleida para pasar de amagar a confirmar. Nada que reprochar a un COB que se niega a no ser ambicioso también esta temporada.
