García de Vitoria: "He dado la vida por este club"

Gonzalo García de Vitoria, en un partido con el COB en el Pazo en su última temporada.
photo_camera Gonzalo García de Vitoria, en un partido con el COB en el Pazo en su última temporada.
Gonzalo García de Vitoria fichó por el Alicante y se despide de un COB al que llegó en 2013 y al que desea longevidad y suerte con el nuevo proyecto

Es un sentimiento encontrado, la tristeza de esta despedida y la ilusión de empezar una nueva aventura”. Gonzalo García de Vitoria sabía que no iba a continuar en el Club Ourense Baloncesto desde hace semanas, pero desde ayer ya tiene destino. Se marcha a un Alicante en el que hasta ahora entrenaba un amigo, Pedro Rivero. Así es la vida del deportista profesional. También de un entrenador.

“Fue todo muy rápido. En tres días empezamos a hablar y lo cerramos. La verdad es que estoy muy contento y muy ilusionado de afrontar este reto. La química con ellos (la directiva del Lucentum) fue inmediata y fue todo muy fácil”. Y añadía: “Estoy muy agradecido porque hayan pensando y confiado en mí sobre todo cuando vienes de un descenso de categoría”.

El ya entrenador del Alicante está en Madrid y tardará todavía unos días en recoger sus “cosas” del que ha sido su despacho durante ocho años en el Pazo. La ilusión del futuro se convierte en melancolía cuando echa la vista atrás. Resaca de un pasado indiscutiblemente marcado por “ese triple de Kapelan que se me sigue viniendo a la cabeza constantemente”. Con una cantidad de recuerdos y de experiencias imposibles de resumir: “Hemos sido pocos, pero todos hemos dado lo máximo y lo mejor. Éramos un equipo humano muy bueno. He aprendido mucho de todo el mundo como entrenador del COB y puedo decir que gracias a ellos soy mejor persona. Me he sentido muy querido en el COB”.

Además, los resultados deportivos avalan la trayectoria de un entrenador que tiene en su primera y su última temporada el borrón a un retahíla de éxitos: “Creo que no ha estado nada mal. No es solo porque consiguiésemos el ascenso a la Liga ACB, es que además conseguimos ir a la Final Four de Bilbao y jugar unas cuantas veces más los play off de ascenso. El club había jugado tres veces por el ascenso en toda su historia y nosotros creo que lo hicimos cuatro en siete años”.

“He dado la vida por el club”. Así se rotundo suena su resumen por un proyecto que lo ha tenido casi desde el principio como referente más allá del banquillo. Y envía un mensaje para reflexionar: “Lo que le deseo al COB es que esté muchos años en la categoría más alta que pueda estar. Lo más importante es que el club tenga continuidad, tiene muchos años de historia y lo que le deseo es que siga cumpliendo años. Ha llegado gente con ideas nuevas y un nuevo modelo, ojalá sea lo mejor para el club”.

El Alicante

No tendrá fácil repetir cifras y resultados en su nuevo proyecto, pero uno de los motivos por los que llegaron a un acuerdo las dos partes fue precisamente “la ambición”. Lo explica con argumentos que sonarán familiares a cualquier aficionado del COB: “Hemos firmado dos años de contrato y la idea es que vaya a Alicante para que construyamos juntos y asentarme allí. Saben que soy un hombre de implicarme con proyectos a largo plazo, es lo que he hecho en Ourense y saben que es lo que me gustaría que pasase en Alicante”.

Su segunda parte del mensaje tampoco es nueva para los cobistas: “Es un proyecto que quiere seguir creciendo y hacer algo importante y eso es lo que quiero. Alicante es una ciudad que sabe de baloncesto y en la que se siente mucho el baloncesto. Es un pabellón al que va mucha gente y en el que los aficionados hacen mucho ruido. Lo tiene todo”.

El equipo al que llega viene de disputar las semifinales por el ascenso y la final de la Copa.

El tercer factor para analizar es el personal. Un dato que pasa desapercibido en la grada, pero caprichoso respecto a cualquier otro profesional: “Mi familia se queda aquí. Mi mujer tiene un buen trabajo y no está el mundo como para renunciar a algo así y a mi hija acaban de aceptarla en el Colegio Miraflores, que teníamos mucha ilusión porque fuese así. Ellas se quedan en Ourense y yo voy a vivir a Alicante”. Aunque para intentar equilibrar la balanza está una ciudad “de la que todo el mundo me habla maravillas. No conozco mucho Alicante, pero lo que me llega es todo muy bueno”.

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