El COB se queda pequeño frente al Lleida (84-63)

Partido de baloncesto de LEB Oro del COB y el Lleida (POL PUERTAS)
photo_camera Partido de baloncesto de LEB Oro del COB y el Lleida (POL PUERTAS)
El COB, con muchas bajas y poco acierto, no compitió en la segunda mitad y encajó en Lleida una derrota que lo ancla a la zona baja

El COB dio varios pasos atrás en la progresión que había mostrado desde hacía semanas y encajó en Lleida una derrota que abre de nuevo la caja de las dudas sobre los argumentos competitivos con los que cuenta para luchar por la permanencia. Salió del Barris Nord derrotado, como todos los equipos que han pasado por allí, pero con casi nada que aprovechar y mucho de lo que reflexionar. Desapareció del campo en la segunda mitad y bajó lo brazos atrás cuando dejó creer que podía dar la talla adelante. Pasó de divertirse en la mayoría de minutos de la primera mitad a desconfiar de sí mismo todos los de la segunda.

Fran Pilepic, por problemas personales, se quedó en Ourense. Añadió una baja más a una lista que empieza a ser rutinaria, pero no por ello menos determinante en una plantilla tan justita de casi todo. Sin Aboubacar en las zonas y sin Gjuroski y Pilepic para amenazar desde fuera, el COB volvió a demostrar que tiene muy poco para competir. Demasiado poco cuando el que está al otro lado es uno de los buenos de verdad de esta liga.

Empezó jugado con criterio y acierto. Arrancó los dos primeros cuartos dominante, valiente e intenso. En el primero le dio para tener 9 puntos de ventajas con un 4 de 4 en triples (5-14) y en el segundo para repetir la renta con incluso más argumentos y equilibrio gracias al físico de Shaun Willet (20-29).

A los dos arreones reaccionó el Lleida sin despeinarse. Llegó a darle la vuelta al marcador en el primero (18-16), pero encontró respuesta en el COB, y avisó de lo que iba a venir después justo antes de acabar el segundo (40-33).

Poco a poco Chaz Williams y Augustas Peciukevicius fueron nublándose y limitando a su equipo, llevando al COB a no jugar a nada y a sufrir para anotar cada canasta. Los últimos cuatro minutos de la primera mitad los firmó con un parcial de 14-0. 

Y más de lo mismo tras el descanso. Jhornan Zamora se peleó con el aro (0 de 9 en tiros de campo) hasta ser irreconocible y los dos bases insistieron en minimizar a un COB incapaz de dar el nivel en ataque y contagiado para acabar dejando también de esforzarse en defensa.  Los tiros de mérito de Fahrudin Manjgafic, la puntería de José Nogués y la valentía de asumir tiros por descarte de Josep Cera fueron lo único bueno de un equipo sin confianza ni espíritu toda la segunda mitad. 

El Lleida sentenció con un cuarto de antelación y Félix Alonso dejó de enfadarse por pura impotencia. Intentó de palabra y con el rotulador explicar que a este deporte se juega siendo mejor, más intenso o más valiente y su equipo fue inferior en los tres aspectos. El técnico leonés vio por primera vez algunos de los problemas de un COB que comprobó lo que será volver a jugar sin Jhornan Zamora y que necesita, obligatoriamente, ganar para la causa a sus bases, o al menos a uno de ellos, si quiere pelear por la permanencia.

Te puede interesar