Reciclar con arte en A Merca

REPORTAJE

Una mesita de noche, las sillas del comedor o los cajones de un armario han tomado las antiguas dependencias del centro de salud de A Merca. Allí se ha desarrollado el taller de Técnicas decorativas de muebles, una iniciativa de la Mancomunidad Terra de Celanova impartida por la artista Ana Peaguda.

Las participantes del taller de técnicas de decoración de muebles que ayer se clausuró en A Merca.
Las participantes del taller de técnicas de decoración de muebles que ayer se clausuró en A Merca.

Hogares de A Merca estrenarán esta Navidad nueva decoración y mobiliario fruto del taller de técnicas decorativas en muebles impartido este otoño en el municipio, de la mano de la Mancomunidad Terra de Celanova. Un total de 18 participantes, en su mayoría mujeres de entre 30 y 70 años, han devuelto la actividad y el bullicio al antiguo centro de salud cambiando las batas por las brochas y los muebles por pacientes. “Creo que la valoración ha sido positiva, nos lo hemos pasado bien y hemos dado un repaso a los muebles que había en casa”, resumía Ana Peaguda, artista y restauradora, profesora de esta actividad impulsada desde el Centro de Información á Muller (CIM) en el marco de las actividades de promoción de la igualdad y prevención de la violencia de género subvencionada por la Consellería de Política Social.

“En las aldeas ya se practicaban las 3R antes de que se le pusiera nombre”, apunta la restauradora y docente, Ana Peaguda

Con este curso, trasladaba Julia Rodríguez directora del CIM, se persigue “romper los roles de género”, dejando a un lado las clases de pintura o manualidades tradicionalmente vinculadas al género femenino para ofrecer a las participantes técnicas y herramientas que les permitan cortar, lijar y restaurar muebles desde cero. Ana Peaguda, que es licenciada en Bellas Artes, aclaraba que no se trata de un taller de restauración, sino de decoración que ha permitido recuperar un mueble desde cero, con independencia de su época y estilo, “revalorizando con un nuevo aspecto a esa pieza vieja que teníamos en casa o, por el contrario, dando valor añadido a una pieza prefabricada”, dijo la artista, que ha sabido contagiar su estilo atrevido a algunas de las colecciones, creando piezas únicas como ese mueble dorado con pan de oro en una combinación con azul ecléctico. “En algunos casos, las nietas son más conservadoras que las abuelas”, dijo.

De septiembre a noviembre, cerca de una veintena de participantes de tres generaciones, han compartido formación, trabajo y muchas risas para sacar adelante su propio proyecto, con la idea de que sigan sacando provecho después en casa. “Al final esto es un espacio pequeño y el tiempo también es limitado”, enfatiza Peaguda, a quien le gusta sentar las bases y compartir conocimientos y técnicas que permitan después a las participantes seguir desarrollando la restauración después en casa.

La clausura de ayer fue una jornada un poco más larga donde algunas aprovecharon para terminar las piezas y, en general, compartir y presumir del trabajo propio y colectivo. Y es que la intervención, reconocía Peaguda, sigue la regla de las 3 R: reciclar, reutilizar y reducir. “Aunque personalmente creo que en las aldeas, ya se practicaba (la regla de las 3R) antes de que se les pusiera nombre”, dijo.

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