Cambio climático y plagas penalizan al sector de la miel en Ourense

El sector apícola ha ganado adeptos en las últimas décadas y cada vez eran más los que apostaban por la producción de miel como una actividad laboral que permite aprovechar los recursos del entorno rural. Sin embargo, existen varios factores que están llevando a los pequeños productores de miel a abandonar las colmenas.

La mortalidad de las colmenas aumenta paulatinamente año tras año durante el invierno. Según explica Ester Ordóñez, veterinaria apícola y presidenta del Consello Regulador IXP Mel de Galicia, son tres las causas fundamentales que causan la mayor parte de las bajas en las colmenas: la irrupción de la avispa asiática, la aparición del ácaro conocido como varroa y la sequía del pasado verano.

“Esta é a casuística que afecta a maior parte da producción e as tres xuntas dan lugar a un cóctel molotov”, explica, aunque aclara que “esto depende tamén da zona xeográfica e dos apicultores”.

En la zona de Valdeorras, Armando Rodríguez, presidente de la Asociación de Apicultores, estima que el volumen de miel recogido en el oriente provincial se ha reducido prácticamente a la mitad. Achaca este acontecimiento a las altas temperaturas registradas el verano pasado y no descarta que las condiciones meteorológicas fuesen influidas por el cambio climático que está llevando a los pequeños productores de miel a abandonar las colmenas. “Persoas con dúas ou tres colmeas estanse dando de baixa”, expuso Armando Rodríguez. Por su parte, Ester Ordóñez señala que estas altas temperaturas “afectaron na poboación, nas reservas e na súa alimentación”, reduciendo la reserva de polen. “Na zona de Ourense nunca houbo problema, pero nas últimas visitas realizadas poidemos observar que si había unha deficiencia ocasionada pola climatoloxía”, afirma.

El presidente valdeorrés también aludió a los daños que la varroa, el ácaro que está detrás de la enfermedad denominada varroasis, está causando en la cabaña apícola. “Se multiplica en progresión xeométrica e debilita moito ás abellas”, comentó. Un problema añadido es su resistencia, cada vez mayor, a los productos existentes para combatirla.Como bien explicaba Ordóñez, la vespa velutina o avispa asiática es otra de las casuísticas que ha influído directamente en la minoración de la producción en la zona valdeorresa.

Celanova

Por su parte, Ramón Cid Álvarez, apicultor de la Asociación Abellas Nais de la zona de Celanova, señala a la avispa asiática como uno de los principales problemas. “Ha llegado ya a la alta montaña y este año el daño ha sido brutal. La velutina sufrió mucho con la sequía, hicieron los nidos tarde y atacaron cuando mucha gente ya había quitado la miel. Calculamos que se han destruído el 20-30% de las colmenas. Hay pequeños apicultores que tenían entre 10 y 12 colmenas y se han quedado sin ninguna”, señala. Apunta además al aumento del precio de los azúcares y jarabes que se usan para alimento, “que han subido un 80%”.

Cid apunta a la investigación como elemento clave para solucionar esta problemática. “Nosotros pediríamos que dejen de darnos trampas, porque esas trampas que dan no son efectivas y no se están usando, y que inviertan ese dinero en investigación. Además, la velutina es un depredador que no tiene enemigos y está acabando con otros insectos como la avispa común, este septiembre apenas hubo”.

Desde Abellas Nai también señalan que existe una problemática más, la venta de la miel. “Está muy mal pagada y no hay quien la compre, los pequeños apicultores van vendiendo en el comercio local tarro a tarro, pero los grandes tienen el producto en casa”. Añade ademas que “hay mucho descontrol”, con la miel importada del gigante asiático, de donde se está trayendo cada vez más “sin especificar el origen”.

Ordóñez recomienda que los apicultores estén muy atentos a la evolución de sus colmenas e indica que “a climatoloxía é determinante e as medidas que funcionan durante unha anualidade poden non resultar efectivas nos seguintes”.