La superabuela antiestafas que alertó al alcalde de Barbadás: “Vi la escritura y pensé ‘este no es Xosé Carlos’

COLABORACIÓN CIUDADANA

El pasado diciembre, los contactos del alcalde de Barbadás, Xosé Carlos Valcárcel, recibieron un mensaje haciéndose pasar por él para estafarlos. Varios cayeron en el fraude, pero Dosi, gracias a su perspicacia, lo evitó y alertó al regidor evitando así que el dinero robado fuera todavía más

Publicado: 09 jun 2024 - 07:45 Actualizado: 10 jun 2024 - 16:38

Eudosia González, vecina de Moreiras, evitó ser ciberestafada
Eudosia González, vecina de Moreiras, evitó ser ciberestafada

”Boas tardes, necesito que me fagas un favor, necesito facer un pago e non podo facelo desde a miña conta, poder facerme un bizum de 490 euros? Mañá devolvémolo”. Este fue el whatsapp que recibieron el pasado diciembre los contactos del alcalde de Barbadás, Xosé Carlos Valcárcel.

En esta estafa cayeron varias personas, pero no lo hizo la superabuela de San Pedro de Moreiras (Toén), Eudosia González, a la que todo el mundo llama Dosia. A sus 81 años vive actualizada con las nuevas tecnologías gracias a su tablet, ya que no tiene un móvil de última generación porque utiliza el de su difunto marido y no lo quiere cambiar. “Es un recuerdo que tengo y funciona muy bien”, asegura.

Eudosia avisó al alcalde de Barbadás y evitó más ciberestafas
Eudosia avisó al alcalde de Barbadás y evitó más ciberestafas

El día en el que se produjo la estafa, ella también recibió el mensaje desde el número de Valcárcel reclamándole dinero, pero ella tuvo claro desde el primer momento que no era el alcalde quien lo había escrito. “Estaba haciendo punto y me sonó el Whatsapp y me ponía, tratándome de tú, si le podía hacer un bizum de 490 euros y leyéndolo me di cuenta de que no era la escritura del alcalde y que no coincidía con la forma en la que me trata siempre”, explica.

Dosia conoce muy bien al alcalde porque coincidieron trabajando en una compañía de seguros durante más de veinte años. “Yo no era una señora de limpieza, era una empleada como ellos, siempre me consideraron a su nivel, tuve con él una amistad muy sana”, cuenta. “Desde o primeiro día conxeniamos moi ben, ela desempeñou o seu traballo cunha enorme corrección e dilixencia e foise gañando o cariño de todos os compañeiros que estabamos alí”, recalca Valcárcel.

“Me di cuenta de que no era la escritura del alcalde y que no coincidía con la forma en la que me trata siempre”, cuenta Dosia

Esta larga y buena relación entre ambos fue clave para que ella no cayese en la estafa. “Vi la escritura y pensé ‘este no es Xosé Carlos’ porque siempre me trataba de doña o señora, siempre de usted, y aquel me trataba de tú y de una forma rara. Entonces apagué la tablet y no le hice el menor caso”, confiesa Dosia.

“Dende o comezo ela tratoume de vostede, eu pedinlle que o fixera de ti, pero díxome ‘non, vostede é o xefe e hai que tratalo co respeto que merece’. Entón, eu trateina de vostede e tiña o hábito de chamala doña Eudosia e iso foi ao mellor o que a salvou de caer no fraude”, señala al respecto el alcalde de Barbadás.

Una gran cultura

Dosia es una mujer muy culta, pese a no haber podido estudiar por falta de dinero. Entre sus grandes pasiones están la de viajar -una actividad de la que disfruta desde que se jubiló-, escribir o leer. Especialmente le encantan los libros sobre medicina e historia, de hecho, detalla que si hubiese podido ir a la universidad habría hecho una de esas dos carreras y, en caso de tener que escoger una, se decantaría por medicina. “Tengo muchas clases de hierbas naturales, dos enciclopedias y me iban a regalar una más, pero no tenía hueco donde ponerla”, subraya Dosai, quien tiene su casa llena de libros.

“Vi la escritura y pensé ‘este no es Xosé Carlos’ porque siempre me trataba de doña o señora, siempre de usted

Respecto a la historia, relata que “casi siempre leo sobre los años que viví, yo nací en la posguerra y me recuerda todo lo que pasábamos entonces, fue muy duro”. “Me acostumbré a ir defendiéndome yo sola porque con once años me quedé al cargo de la casa y de los animales”, añade.

A lo largo de su vida, tuvo que hacer un gran esfuerzo para darle el mejor futuro posible a su familia, pero al final se vio recompensado. Ahora habla con mucho orgullo de sus tres hijos y cinco nietos y se muestra muy feliz con que todos hayan tenido la posibilidad de estudiar.

Actualmente, dedica su tiempo a hacer ganchillo y a cuidar su jardín y su huerto, que son la envidia de todos los que la visitan en su vivienda. “Planto cebollas, calabacines, sandías, judías o repollos y desbrozó yo sola la hierba del huerto”, indica.

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