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LA NUEVA OURENSANÍA
Vecino del barrio de O Vinteún desde hace catorce años, Emmanuel Obaseki Imafidon es un español de Valencia con raíces de África occidental, que sabe mejor gallego que cualquier lengua de Nigeria. “Lo entiendo a la perfección pero no lo hablo; en casa, mis padres se comunican más en inglés, o español, por mi hermano de cuatro años”, explica. Ambos progenitores son originarios de Ciudad de Benín, en Nigeria, y hará más o menos un cuarto de siglo que emigraron.
En un primer momento sorprende que un hombre con sus raíces lleve un Emmanuel por nombre. “Allí es común”, nos explica. “Mis padres son cristianos”, añade. Dios con nosotros, significa su apodo, y de nuevo, con ese porte, decir que le queda que ni pintado. Los descubrimientos que hacemos gracias a su apelativo sobre credos mayoritarios en Nigeria, evidencian nuestra ignorancia, sobre el África subsahariana.
Vivió su primera infancia en el levante español, en Torrevieja, provincia de Alicante. “De ver edificios y playas a ver monte”, fue su primera impresión de Galicia, cuando tenía unos ocho años. Ourense le pareció un lugar extraño de clima extremo, pero el gallego lo aprendió, según él, bastante rápido. “Bolboreta”, nos deleitará los oídos con una palabra en nuestro idioma, cuya escritura, por esa cosa de la b y la v, resulta tan difícil de descifrar como un “How you dey?”, (como estás), en pidgin nigeriano.
España se fue metiendo también en la cocina casera a medida que el tiempo fue pasando. “Al principio comíamos más de allá, ahora es mitad, mitad”, aclara. Él nunca pisó la tierra de su linaje, aunque sus padres siguen estando de algún modo conectados. “Mi madre acaba de ir por el fallecimiento de mi abuelo”, comenta.
De la costa mediterránea a la ciudad de Burgas vinieron siguiendo la estela del trabajo. “Mi padre se dedica a la construcción en una fábrica y mi madre es camarera”, comenta. Son cinco en casa, con una hermana un año mayor que él, que ejerce de auxiliar de enfermería.
“Estudio DAM, desarrollo de aplicaciones multiplataforma en régimen dual”, comenta. Viene a ser que no sólo se empolla la formación profesional sino que también la practica en empresas concertadas. “Por las noches complemento con hostelería”, explica, y menciona un famoso Mexilón de los vinos donde hasta hace poco se empeñaba.
“Emmanuel Reyes Pla, ganó el bronce en las olimpiadas de París”, comenta sobre otro residente en Galicia pero esta vez de origen cubano. Le une a este deportista no sólo el excepcional nombre sino también el gusto por el boxeo que comparten ambos. Algo de Dios tiene que haber en lo del ring, la lucha por el bien se batalla en muchos campos. “Siempre fui muy deportista, hice fútbol, balonmano…taekwondo, karate, luego vino el kick boxing, calistenia… y volví al boxeo hace unos cuatro años”, aclara. Entrena Emmanuel en el club deportivo Turbo Box y para próximos combates se está preparando. “Empecé en categoría de menos de 80 kilos y ahora estoy peleando en menos de 75”, ilustra. En esta conversación de mecha corta, sólo él entiende la diferencia que implican esos cinco mil gramos. “Ahora compito a nivel gallego”, explica. “Con victorias y derrotas, cogiendo experiencia”, su trayectoria relata. Nos explica que el boxeo es mucho menos lesivo de lo que parece y cierto es que no le vemos cicatrices en la cara.
“Disciplina”, dice sobre sí mismo, y a simple vista diríamos que da en el clavo. Sueña con tener una gran familia en la que a sus hijos no les falte nada y estén bien educados. “No tuvimos una vida fácil pero tampoco pasamos hambre”, explica sobre su pasado.
Tiene una tía en Madrid, otra en Holanda y otra en Canadá, abuelos en Nigeria y familia extensiva desperdigada. A Torrevieja volvió esta semana santa con su novia que es gallega de pura cepa. “Estudia geografía e historia en la universidad”, aclara.
Comparte una información con nosotras Emmanuel que apuntamos para el año que viene en el calendario. “El campeonato de promesas de Galicia en Sada”, nos cuenta. Él participó y no le fue nada mal. “Quedé de subcampeón”, nos dice pasada la fecha, el que ya fue campeón gallego en 2022 en menos de 80 kilos. “Este es mi último año en esta categoría, en mayo 2025 intentaré ir a competir en élite y después semiprofesional”, avanza.
‘Den un escenario a este toro donde pueda demostrar su bravura…’, arrancaba así una célebre frase de Jake La Motta, el rol de Robert De Niro, en la mítica película Toro Salvaje. Nada que ver con el espíritu que transmite Emmanuel, que si quiere de un puñetazo te rompe un diente, pero a priori parece de todo menos bravo.
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