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El surrealismo en el que se ha sumido el día a día del Concello de Ourense y las relaciones entre el alcalde, Gonzalo Pérez Jácome, y su socio de gobierno, el PP, empieza a vivir límites insospechados. Ayer era el día escogido por la concejala de Asuntos Sociales, Eugenia Díaz Abella, para presentar los actos del Día Internacional de la Mujer, pero el alcalde, como es habitual, intenta ganar protagonismo cuando su nombre no aparece en el orden del día.
El Concello de Ourense había convocado a los medios de comunicación a mediodía en el salón de plenos para esta presentación, pero el regidor irrumpió en el interior cuando faltaban cinco minutos para el inicio y ordenó el desalojo de los medios de comunicación, entre gritos y sin mediar explicación. “¡Que os vayáis, y punto!”. Así, vociferó contra los diferentes miembros del staff, y ni siquiera llegó a esperar a la llegada de la concejala Abella. Jácome aseguraba que nadie había reservado el salón de plenos, y decidió expulsar a los medios con un recado para sus socios, pese a que la sala estaba ya vacía: “Así aprenden para otra vez”.
En una surrealista escena, se cerró la puerta del plenario y los periodistas se quedaron en el pasillo, mientras trabajadores municipales buscaban una alternativa. “Que los manden al CIE o al centro cívico”, vociferaba el regidor. Todo ello tras ordenar de malos modos los trabajadores de los medios que se marchasen.
Después, la edil Eugenia Díaz Abella intentó quitar hierro al asunto, pidió disculpas a los periodistas y apuntó como raíz del problema un nuevo protocolo de organización interna que el grupo del PP desconocía. “Enviamos un correo como siempre para reservar el salón de plenos, desconocíamos que había cambiado el sistema”, dijo Abella, que aun así, cree que al estar el pleno vacío “el alcalde debería haber hecho una concesión”. Además, considera que las formas utilizadas por el regidor “no debían ser esas”. En todo caso, cree que Jácome no actuó así por ser ella -con quien ya tuvo algún rifirrafe- o para atacar al PP: “Si hubiese sido en otra área habría hecho lo mismo”.
Estos desplantes del regidor con sus socios de gobierno empiezan a ser habituales. El día que se aprobaba en pleno el cambio de uso de la parcela de la antigua estación de autobuses para construir la residencia, Jácome intentó ganar protagonismo con un enfrentamiento con el BNG, con expulsión de su portavoz. Y la pasada semana, cuando se reabrían las termas, Jácome intentó eclipsar a la concejala de Termalismo, la popular Flora Moure, con una performance bañándose en Outariz.
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