Al Kilimanjaro con la diabetes en la mochila

Fue una Noche de Reyes y tenía solo once años cuando a Susana Ruiz (Tudela, 1982) le diagnosticaron diabetes tipo uno. Una enfermedad que hizo madurar antes de tiempo a aquella niña asustada que hoy es capaz de subir al Kilimanjaro, la montaña más alta de África, y escribir para contarlo. ‘Los sueños no tienen cima’ es el libro autobiográfico que escribió durante la pandemia y del que hablará en una de las mesas redondas que organiza en el Liceo la Asociación Diabética Auria de Ourense durante el mes de mayo para celebrar los 20 años de su fundación.

Administrarse una media de cuatro dosis diarias de insulina y testear su nivel de glucosa una o dos veces al día no es impedimento para subir a lo más alto. En 2013, llegó al campo base del Everest, en 2014 fue a Groenlandia y en 2015 al monte Meru, en Tanzania, y luego, al volcán Kilimanjaro. “La altitud y la falta de oxígeno agotan, por eso entreno antes en casa. Hay que evitar las bajadas de azúcar porque en la montaña estás más aislada del mundo y puede ser más grave”, asegura Susana, que lleva la diabetes en la mochila, en forma de geles, barritas, soportes de glucagón y tres veces más insulina de la que necesita, por si acaso.

Un viaje de superación que inició con su marido, Carlos, cuando tenía 20 años y empezaron a recorrer senderos y montes sencillos y luego, los Pirineos y los Montes vascos. A sus médicos no les hacía mucha gracia que se lanzase a la aventura de la alta montaña, pero acabaron implicándose e incluso aprendiendo de su experiencia. “En 2013 me llevé una app que les enviaba el registro de todos mis datos y vieron que los resultados eran muy buenos, que el deporte mejoraba mis condiciones físicas”, explica, orgullosa.

Y entonces la aventura subió de nivel. Hacer cima en el Kilimanjaro, con sus 5.895 metros de altitud, fue un reto cumplido. “Tardamos unos cinco o seis días en ascender. La última etapa, tres kilómetros con un desnivel de 1.200 metros, la comenzamos a las once de la noche y concluimos a las seis de la mañana”, recuerda. Su experiencia vital de superación ha convertido a Susana Ruiz en una estela a seguir. “Me dijeron muchas veces que no, que no podía, y eso te hace madurar antes de tiempo y perseguir con más ganas lo que quieres”, reflexiona.

20 años de Auria en Ourense

Ruiz compartirá su testimonio en una de las dos mesas redondas que ha organizado la Asociación Diabética Auria de Ourense durante el mes de mayo para celebrar los 20 años de su fundación, según anunció ayer su presidenta, Paz Gómez. Las charlas tendrán lugar en el Liceo y serán moderadas por la gerente de la Federación Nacional de Diabetes (FEDE), Mercedes Maderuelo. También han planificado dos talleres, uno sobre cocina y nutrición, y otro sobre cuidado del pie diabético, además de una ‘andaina’ urbana de 6,5 kilómetros por las calles de la ciudad.