Las licencias se eternizan en la ciudad seis veces más de lo que marca la ley

La demora en la concesión de licencias de obras urbanísticas y de aperturas de negocios en la ciudad está lejos de llegar a la normalidad que ansían los distintos agentes sociales implicados, pese al refuerzo de personal realizado por el Concello. La Lei do Solo de Galicia de 2016 establece que la competencia para otorgar licencias “corresponde a los municipios” y que estas “se resolverán en tres meses”. Nada más lejos de la realidad. Ourense está lejos de cumplir. Las demoras superan, como mínimo, en cuatro veces el tiempo que estipula la normativa. Un año mínimo para recibir licencia en casos menos complejos, pero de media, la obra mayor se demora año y medio en los cajones del Concello, en casos extremos, tres.

POCO PERSONAL

El problema se achaca a la escasez de personal en Urbanismo -solo hay tres personas informando proyectos más una persona a media jornada, y dos asesores jurídicos-. Pero también se pone el foco en las demoras (de al menos dos meses) en informes sectoriales preceptivos en algunas obras (Patrimonio, Confederación Hidrográfica, Accesibilidad, otros departamentos municipales). Esto hace que en muchos casos se tarde más de un año solo en informar el proyecto (emitir informes técnicos y jurídicos). El ritmo con el que se tramitan las autorizaciones siguen “lentos” e “inaceptables”, coinciden constructores, arquitectos, propietarios de fincas urbanas o abogados urbanísticos. Algunos detectan una insuficiente mejoría, otros dicen que la vida “sigue igual”.

OPORTO, DOS SEMANAS

Cuando en un acto con constructores gallegos, el alcalde de Oporto, Rui Moreira, dijo el año pasado que tenían un problema serio porque estaban concediendo las licencias en 14 días, algo “excesivo”, y había que otorgarlas en ocho, los presentes se quedaron atónitos, sabiendo lo que sucede en Ourense. El presidente de la Asociación de Constructores de Ourense (ACO), Santiago Ferreiro, subraya que “algo ha mejorado”, pero indica que “queda mucho camino por recorrer”. Las mayores demoras se siguen produciendo cuando un proyecto debe pasar por distintos servicios municipales una vez presentado en Urbanismo. “Insistimos una vez más en la digitalización del servicio”, apunta Ferreiro, que se refiere también a la “inseguridad jurídica” con la que se encuentran administrados y funcionarios “al tener que trabajar con un Plan de Ordenación Urbanística del 1986”, lo cual “no ayuda nada a solventar este viejo problema, todo lo contrario”. Los constructores reclaman agilización de licencias de obra y autorizaciones de inicio de actividad, cuyo retraso genera “desmotivación empresarial”. Piden transparencia y trazabilidad para “identificar atrasos” e incrementar los supuestos de “silencio positivo”.

OTRAS CIUDADES GALLEGAS

Antonio Feijóo Miranda, abogado con dedicación al Derecho Urbanístico, cree que el personal que hay “no da” para obras mayores con licencia, ni “aunque sea ya solo ascensores, reforma…, porque edificación no hay mucha”. Ve un “cuello de botella” desde hace años y confiesa que clientes suyos “han decidido ir a invertir a otros lados”. Trabaja en toda Galicia y resalta que Pontevedra es “muy rápido”, pero A Coruña, Porriño o Santiago también están mejor. “No puede haber tres personas para dar licencia de todo, la poca obra que hay tarda una eternidad. Acabo de llevar un tema judicializado. Llevábamos tres años antes del contencioso, y eso no puede ser”.

MÁS DE UN AÑO

Aprecia retrasos en todo tipo de obras, “incluso simples parcelaciones sin gran complejidad”. En todas , “una media superior al año”. En reformas de cierto calado como cubiertas, remodelaciones integrales de edificios o ascensores la cosa incluso aumenta. “Es inaceptable, no puede haber tres personas, el servicio está mal planteado y mal dimensionado”. Cuando se requieren informes sectoriales como Patrimonio, Hidrográfica, se complica más, pues “también son organismos muy lentos, especialmente Patrimonio e Hidrográfica, responsables en buena medida de lo que sucede”. Pese a ello, “aunque no se les requiera, los expedientes están casi año y medio en el Concello”.

LA FALTA DE PXOM NO AYUDA

Otros profesionales tampoco ven avances. El presidente del Colegio de Arquitectos, Rafael Castro, no percibe mejora respecto a la encuesta realizada entre sus colegiados el año pasado, que marcaba una demora media de 14,5 meses para la tramitación de expedientes, cifra que sube a 18 meses según el informe de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein), que recuerda que estos retrasos ponen en peligro además la ejecución de fondos europeos para rehabilitación, al tener plazos marcados.

“No se han contratado nuevos técnicos, lo último fue de aparejadores”, recuerda Castro, que no se explica “por qué narices no nos ajustamos a la ley (tres meses máximo de licencia)”. Cree que la falta de PXOM actualizado genera “bastante inseguridad” y ayuda a que se retrasen ciertos informes -“hay un cierto miedo a informar algunos proyectos”-, aunque cree que eso “no es excusa” para tardar tanto.

CASOS MUY SANGRANTES

Como caso destacable, en 2021 premiaron una reforma de una vivienda unifamiliar en As Camelias, pegada al Barbaña (con los correspondientes informes de la Hidrográfica), cuya promotora tardó “tres años y pico” en conseguir la preceptiva licencia, algo “inviable”. En su caso personal, dice estar esperando por “varias cosas del Concello desde hace muchos meses” y confiesa que a la gente “se le agota la paciencia”, por lo que pide “intención política” para cambiar.

Una gerencia urbanística, como Vigo, eterna petición

Los afectados no cargan las tintas solo en el Concello. Como señala Pedro Seara, presidente de la Asociación de Propietarios de Fincas Urbanas, la situación sigue “igual, los tiempos siguen siendo muy largos”, si bien después el recorrido que los expedientes hacen por otros departamentos municipales u otros organismos “no agiliza las cosas”. Por ejemplo, en cuanto a licencias de aperturas de comercios, que rondan el año para recibirse, “tienen mucho atasco en Bomberos”. Cuando se pide una licencia y se presenta el mínimo de documentación después se tiene que emitir informe técnico y jurídico, si bien los informes técnicos pueden necesitar informes sectoriales (Hidrográfica, Infraestructuras, Policía, Patrimonio), por lo que los expedientes acaban pasando por muchos servicios. Como posible solución, Pedro Seara recuerda que llevan años luchando por crear una Gerencia de Urbanismo que coordine todo, “como en Vigo o Vitoria”.

Como punto positivo, algo que atribuye a la gestión de la anterior edil de Urbanismo, Sonia Ogando, percibe una agilización de los trámites que permiten la comunicación previa (no sujetos a licencia) para empezar a funcionar.

La apertura de negocios se agiliza, pero falta espacio

Rafael García Losada, que diseña, proyecta y dirige obras de parques, urbanismo, comercios e industrias en la provincia, asegura que “sigue todo igual” y que aunque las comunicaciones previas han mejorado, porque las recoge la ley -solo sirven para obras menores, aperturas comerciales-. “Eso sí, presentas todo y puedes abrir, pero después el Concello tarda un año en decirte si está bien o mal, eso no puede ser. Los negocios están abriendo la mayoría sin licencia, con comunicación previa, porque como tengas que esperar no arrancas”.

Las obras mayores que necesitan licencia por su complejidad no avanzan. “Un año como mínimo. Tenía que haber licencias exprés, como decía Feijóo en su día, que en la Lei de Solo se contemplan, pero aquí, nada”. Y todo eso sin contar el poco espacio que hay dentro del PXOM, que apenas impide instalar nuevas industrias. “Para que llegara Leroy Merlin estuvimos tres años negociando para buscar sitio, hasta que quedó un espacio. Eso no es normal”. Lamenta la “eternización” de los expedientes, “la excesiva burocratización” y que “los administrados tengamos plazos pero la Administración, no”.