Manuel Cabezas: "Tiene que haber una sentencia electoral, Ourense merece cambiar"

El candidato del Partido Popular a la alcaldía de Ourense, Manuel Cabezas, habló ayer de la gestión actual del Concello y contrapuso sus años de gobierno. Abierto al diálogo, remarca la necesidad de un cambio para recuperar el orgullo de la ciudad.

Ayer convocaron, a primera hora de la mañana, una comparecencia urgente a raíz de esos audios que está desvelando La Región.

En días pasados hemos presentado un escrito a la Fiscalía. Se han sucedido otra serie de hechos lamentables, vergonzosos. Nadie está hablando de nadie, son ellos mismos los que están haciendo una crónica de sí mismos; nadie está insultando a nadie, son ellos mismos los que se insultan a sí mismos. Nosotros pedíamos la dimisión del alcalde, pero también decíamos que toda esa corte que tiene de eventuales… Ahí tiene que haber una serie de responsabilidades. Hay que paralizar todos los procedimientos que tengan que ver con esa contratación. Queremos también denunciar ante el Consello de Contas, porque sabemos que puede intervenir. Queremos que haya un pleno extraordinario, es donde debatimos los políticos y donde está la soberanía municipal. Y hay que hacer una auditoría económica y administrativa.

¿Cree que la Justicia, y la Junta Electoral en el caso de otras polémicas, están tardando demasiado en reaccionar?

La Junta Electoral tiene que actuar y rápido, pero yo creo que, en este momento, lo importante son las consecuencias de esa denuncia. La Justicia debería actuar, lo que pasa es que es lenta. Pero al final, el domingo, los ciudadanos de Ourense nos convertimos en un jurado popular. Tiene que haber una sentencia electoral. Y la sentencia electoral que Ourense se merece es cambiar las cosas. Es una vergüenza, siento una tremenda tristeza.

¿Reconoce algo de la ciudad que dejó hace 16 años?

Los restos que quedan de ella. He estado en lugares que nosotros en su día reconstruimos. Lo que hicimos en su día con el termalismo termolúdico, prácticamente no existe. Caminas por esos paseos que tanto trabajo nos costó hacer, y están abandonados. Vas al casco histórico y da pena ver cómo se cae a pedazos, cuando nos había costado muchísimo iniciar su levantamiento. Se está tirando el trabajo que hicimos en su época. Vas a A Chavasqueira… El Ayuntamiento no ha sido capaz de darse la licencia a sí mismo y seguimos viendo los rescoldos de un incendio de hace cuatro años. Cuando viene alguien a Ourense… Antes la gente salía entusiasmada y el ourensano se sentía orgulloso de que se encontrase a gusto en la ciudad.

¿Es posible recuperarla?

Para recuperarla se tiene que producir un cambio absoluto. Siempre reivindico la mayoría absoluta. La tuvimos en el año 95, en el año 99 y en el año 2003, y fuimos capaces de hacer una primera gran transformación de la ciudad. Ahora mismo existe un gobierno de un partido en minoría en el que estuvo gobernando el PP. En el momento que yo accedí a la responsabilidad de la vida política en la ciudad, rompí con eso porque no había forma de caminar. Pido una mayoría absoluta, independientemente de que puedo entenderme con el PSOE y el BNG. De hecho, entablaría conversaciones y trataría de hacer las cosas con el mayor consenso posible. No tuve que echar a nadie de un pleno. Ver insultos, agravios, agresiones… es que es terrible.

Las últimas encuestas no le dan la absoluta. ¿PP y PSOE pactarían? Si el PSOE es el más votado, ¿le dejaría gobernar?

Siempre he mantenido que tiene que gobernar la lista más votada y mantengo ese criterio. Como digo, el escenario en el que me muevo es tener esa mayoría absoluta. En aquel momento aprobamos los presupuestos siempre antes del uno de enero. Del 2014 al 2023 se aprobaron dos presupuestos, el del año 2014 y el del año 2020. Podemos caminar muchísimo más rápido. Pero claro que me puedo entender, porque me muevo en un escenario de diálogo con el PSOE y el BNG. No tengo ningún problema para ello y entiendo que tampoco lo tienen ellos. Los ayuntamientos no tienen ideologías, por eso creo que tenemos que ir todos de la mano. Estamos en un punto de inflexión: o caminamos hacia adelante, o el retroceso es total.

Nos centramos en su programa. Uno de los proyectos es descongestionar Marcelo Macías.

El complejo hospitalario recibe alrededor de 3.000 personas que llegan a trabajar cada día, y hay 4.000 visitas que se atienden. Llegan coches y ambulancias no solo de la ciudad, sino de toda la provincia. Lo que queremos es construir un bulevar entre la N-525 hasta la glorieta de Nuestra Señora de la Saínza, aproximadamente casi 700 metros de longitud. Hay 10.000 coches diarios que transitan entre Marcelo Macías y Progreso, por lo tanto, ese bulevard descongestionaría Marcelo Macías. Estamos hablando de 700 metros contra más de 3 kilómetros de circuito. Eso va a ser una realidad, porque se va a trabajar en ello desde el primer día.

¿Cuáles son sus propuestas en materia de movilidad? ¿Recuperará el Plan de Movilidad Urbana Sostenible?

Sí, ese plan es un plan extraordinario. Pero no se hizo nada. Hay que peatonalizar de nuevo el casco histórico, no vale eso de “llego aquí, que bajen los bolardos porque soy el alcalde”. Hay que escuchar a los vecinos del rural y saber qué demandas tienen. Si un autobús tiene que venir medio vacío, tiene que venir. Ahí no está el problema económico del Ayuntamiento, está en las cosas que estamos oyendo. Y luego, la humanización. Hemos humanizado en aquella época, peatonalizando muchísimas zonas. Cuando veo las rampas en la calle Concordia, y cuando veo 1.800 edificios que no tienen ascensor, que hay gente que no puede salir de su casa… Con el dinero que ha costado eso a lo mejor conseguíamos que 150 o 200 edificios tuviesen ascensores.

Jácome propuso varios proyectos de movilidad vertical, ¿continuaría con alguno?

Los procedimientos tienen que ser limpios, tienen que ser transparentes. Puede haber espacios donde es necesaria una movilidad vertical, pero yo creo que no se ha estudiado debidamente. Lo normal es hablar con los vecinos, hay espacios donde se ve que son necesaria y yo no estoy en contra de eso, al contrario.

¿Le da miedo llegar al despacho?

Miedo, no. Es un reto, indudablemente. Pero si dejamos que esto acabe como está ahora mismo, Ourense se muere. También hablo de burocracia cero. A veces los funcionarios están desbordados. Hemos vivido cuatro años de insultos, de mala educación, de agravios… de todo. Hago un llamamiento a la cordura, que es muy necesaria en esta vida, y al sentido común.