Marlén Viñayo, directora de Cachada: "Es una historia muy local, pero universal"

Marlén Viñayo (León, 1987) dejó su trabajo de publicidad, le prestaron una cámara y comenzó el rodaje de "Cachada: the opportunity", la historia que, dice, no pudo dejar escapar. El proyecto de fin de carrera de Comunicación Audiovisual la llevó hasta El Salvador en 2010, a una ONG en la que trabajaban con guarderías para los niños de las mujeres del mercado. En 2013 volvió, para quedarse a vivir. Allí se reencontró con estas mujeres, pero ya eran otras. El único documental y la primera participación de este país latinoamericano en el OUFF enseña cómo el teatro les cambia la vida a cinco vendedoras ambulantes que se suben al escenario para contar su propia historia de vida, marcada por el circuito de la violencia. Se proyecta este domingo a las 20,00 horas en los cines Ponte Vella y el día 2, a las 22,30 horas.

¿Qué fue lo que cambió cuando llegó a El Salvador? ¿A qué mujeres se encontró?

Cinco de estas vendedoras ambulantes habían formado una compañía de teatro, La Cachada. Estaban presentando una obra chiquitita. Me sorprendió,ver las mujeres que yo había conocido en los mercados, que hablaban poquito, con la autoestima por los suelos, que pensaban que su vida era vender y sacar el suficiente dinero para llegar a casa y darle de cenar a los hijos... ver la transformación, verlas en el escenario, me sorprendió mucho. Comencé a grabar y a lo largo de los ensayos iban compartiendo sus historias de vida, interpretaban su vida.

¿El teatro las liberó?

Sí, en el escenario estaban con la vista para arriba, orgullosas de lo que estaban haciendo y el público emocionado, aplaudiendo... Me sorprendió mucho y quise saber cómo habían llegado ahí.

¿Cuál fue el “chip" a partir del que cambiaron?

Asistieron a un taller de teatro para mejorar su autoestima y crearon el grupo.

¿Los problemas de estas mujeres se pueden extrapolar a nuestra realidad?

Trata muchos temas de violencia contra la mujer y contra los hijos. Ellas son víctimas y victimarias, replicaban con sus hijos lo que sus padres habían hecho con ellas. A lo largo del proyecto, se van dando cuenta y deciden cambiarlo. Aunque es una historia muy local, se convierte en universal porque creo que hay muchas mujeres que se pueden sentir identificadas con las protagonistas.

Es el único documental en competición. ¿Cómo se siente?

Estoy muy emocionada. Me emocionada compartir historias de estas mujeres de valentía asombrosa. No es fácil exponer ante una cámara, pero creen que va servir para algo a otras mujeres y para mí es un honor compartir su historia. Y también llevarla por el resto del mundo para que inspiren a otras mujeres.

¿Dónde continuará de gira?

Estuvimos en Perú y ahora toca Washington, México, Japón... Estoy muy contenta.