La operación salida llega con el diésel por las nubes y el alojamiento, al alza

Las carreteras ourensanas se preparan para registrar desde hoy y hasta el domingo más de 93.000 desplazamientos, en la primera Operación Salida de una campaña de verano que se presenta “prometedora”, según las previsiones, “sobre todo a partir de la segunda quincena de julio”, matizan en Hostelería de Galicia. Los miles de ourensanos que se moverán este primer fin de semana estival en Ourense tendrán que afrontar, en comparación con el arranque veraniego prepandemia, las consecuencias de la elevada inflación, que se ceba con los carburantes pero que también ha encarecido restaurantes y alojamientos de la costa.

Moverse en coche a destinos cercanos, como la costa de Galicia, Portugal o destinos tradicionales como Andalucía o el Mediterráneo es casi un 50% más caro que en el arranque de julio de 2019, el último prepandemia. Según un análisis con datos históricos del Geoportal de Hidrocarburos y teniendo también en cuenta el encarecimiento de peajes, según el destino, los viajes se encarecen entre un 30% y un 60%. Viajar a la Costa del Sol en coche es hoy 71 euros más caro en gastos de combustible que en el verano prepandémico. Ir al Mediterráneo también es entre 70 y 80 euros más costoso. En los viajes más cercanos, ir a pasar el día a Sanxenxo u O Grove aumenta el coste en 12 euros, e irse a la playa de As Catedrais hasta en 14.

Los ourensanos van a notar en el bolsillo el gasto nada más salir de casa y prepararse para llenar el tanque, pero también lo han notado ya en sus reservas vacacionales. Aunque el crecimiento es todavía bajo y la inflación no se ha hecho notar demasiado, el encarecimiento de establecimientos de alojamiento y restaurantes se ha disparado un 13% en la provincia de Pontevedra en comparación con julio de 2019, un 8% se ha revalorizado en la provincia de A Coruña y hasta un 11% en Lugo. En el caso de los ourensanos, estos servicios se han encarecido un 8,5% respecto a julio de 2019.

En el destino por antonomasia de los ourensanos, Sanxenxo, reconocen un encarecimiento. “Entre un 5% y un 10%”, explica Dulcinea Aguín, propietaria de viviendas turísticas en este municipio y presidenta de la Asociación de Viviendas Turísticas de Galicia (Aviturga). “Intentamos contener los precios al máximo, pero no pudimos más. Los gastos de energía se notan mucho, pero también se han encarecido servicios como la limpieza”. En todo caso, espera un verano “mejor aún que el de 2019”, aunque todavía quedan plazas.

Los ciudadanos sortean la inflación: “Los que están llegando dicen que van a aprovechar este año al máximo las vacaciones, sobre todo después de ver cosas como lo de Ucrania”, confiesa Aguín. Esa tendencia coincide con la mostrada por el Gobierno central, que ayer aseguró que 9 de cada 10 reservas internacionales en 2019 se han recuperado y que el turismo desafía a la crisis de precios.

Optimismo en casa: la Ribeira Sacra, a por el lleno

La campaña de verano se presenta “prometedora”, y en algunos establecimientos ya se nota un incremento de reservas para el festivo del 25 de julio, según avanzan desde Hostelería de Galicia, con una previsión de ocupación media del 75-80% en todo el mes, y “lleno” en el litoral, especialmente en las Rías Baixas, destino favorito de los ourensanos, pero también en A Mariña Lucense e incluso en casa. Y es que los hosteleros estiman que la Ribeira Sacra rozará el lleno “a medida que avance la temporada”, ya que es un destino “que cada vez recibe más visitantes”. De momento, para este mes, según el Consorcio de Turismo Ribeira Sacra, los fines de semana de julio ya están al 68%, y faltan más reservas que seguirán cayendo. “Se augura un verano de explosión turística”, señala Alexandra Seara. En los balnearios de Caldaria tienen buenas perspectivas, y, pese a la crisis inflacionaria, “percibimos unha tendencia nos clientes a non querer renunciar á súa estadía anual”.