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El patrimonio verde de la ciudad acumula heridas de batalla año tras año. La época estival deja ver el efecto del calor y de la falta de riego, que se traducen en árboles y plantas secas, con menos años de vida tras cada nuevo golpe. El verano se suma a las enfermedades, plagas y podas abusivas, que minan la población vegetal de forma paulatina.
Los grupos ambientalistas de la ciudad tildan de "indignante" el estado de árboles y plantas, y reclaman una gestión racional y respetuosa. "Cal é o asesoramento que ten o Concello de Ourense en cuestións medioambientais? Hai unha tremenda deixadez e abandono", asegura Xosé Santos, ambientalista de Amigas das Árbores.
Mientras, el alcalde de la ciudad, Gonzalo Pérez Jácome, anuncia en sus redes sociales la posibilidad de convertir Ourense en un "garden city" (ciudad jardín), semanas después de avanzar el "desplazamiento" del cedro de la plaza de Los Suaves por "obstaculizar" la vista de la Catedral. "Na praza da Magdalena desaparecen dous camelios, arráncanos, e o Concello non abriu unha investigación nin dixo nada", apunta Santos.
Consejo de Medio Ambiente
La ciudad se sumó a la carta de Aalborg en 2004, un documento que compromete a los gobiernos locales a contar con consejos de Medio Ambiente, reducir emisiones contaminantes, fomentar el desarrollo sostenible, recuperar espacios degradados o gestionar de forma racional el suelo, entre otras medidas.
"Levamos anos reclamando un consello de Medio Ambiente, e ningún goberno, nin do PSOE, nin do BNG nin do PP, foi receptivo", explica Santos, que destaca la importancia del organismo. "Estaría formado por arquitectos, paisaxistas, ambientalistas, comunicadores, a universidade, os ecoloxistas, os grupos políticos, asociacións de veciños... Precísase facer un manexo e xestión apropiado da vexetación urbana", señala.
Signos del maltrato
En marzo de 2019, el gobierno local de entonces decidió talar los árboles de la Praza de San Marcial, ante la crítica de los grupos ambientalistas, que pedían otra solución para atajar la enfermedad que los atacaba. Semanas después, ante las concentraciones de la ciudadanía, el Concello anunció la colocación de 12 nuevos especímenes. A día de hoy, varios de los árboles ya están muertos, aunque siguen plantados en sus correspondientes alcorques.
"O prezo dun carballo dese tamaño é duns 2.163 euros, o que sumado as tarefas de transporte e plantación pode chegar aos 6.000. Pérdese diñeiro e pérdese patrimonio arbóreo", critica Xosé Santos, que recuerda que los árboles necesitan no solo agua, sino también otros cuidados. "Precisan sustrato, nutrientes. Para empezar, os alcorques de boa parte das árbores da cidade non teñen en consideración a dimensión da pranta. Hai que airear esa terra cada certo tempo. No Paseo é o exemplo máis claro: os alcorques tapáronse por completo, agora por onde beben? como se alimentan?",
Espacios Verdes
La ciudad cuenta, según fuentes municipales, con alrededor de 23 hectáreas de zona verde para el disfrute de la población. Esta superficie supone una media de 2,18 metros cuadrados por habitante, cuando la Organización Mundial de la Salud recomienda entre 10 y 15 metros. "Estamos moi lonxe de cumprir o desexable, o que se recomenda por saúde", apunta Santos, que compara Ourense con otras ciudades, tanto de Galicia como del resto de España. "Non temos unha zona verde á que poidas ir e perderte, aquí temos o Botánico de Montealegre, que non é un xardín botánico, non deixa de ser un mirador forestal dende o que se pode ver a cidade".
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