La policía identifica dos de los prostíbulos de la red de Lobios

Los agentes de la Brigada Provincial de Extranjería de la Policía Nacional identificaron dos inmuebles, uno en la plaza del Corregidor de la ciudad y otro en Ponte Noalla (San Cibrao), que presuntamente utilizaban los detenidos el pasado miércoles en Lobios y Ourense para prostituir a mujeres con limitaciones intelectuales y problemas con las drogas. Los detenidos quedaron en libertad tras comparecer en el Juzgado de Bande -se negaron a declarar-, aunque investigados por delitos relacionados con la prostitución. Tendrán que personarse los días 1 de cada mes en el juzgado.

Mientras, la Policía Nacional continúa con las pesquisas, que iniciaron a finales del año 2017 y están relacionadas con el hallazgo, el 10 de diciembre del 2016, del cadáver de una joven, de 21 años, flotando sobre el agua del embalse de Lindoso. La muerte fue atribuida inicialmente a un suicidio.

El hombre con el que convivía entonces en Grou (es uno de los detenidos) recalca que era su novia: "Me iba a casar con ella. Ya teníamos la boda contratada en un restaurante y le había comprado el traje de novia. El dinero de la boda lo gasté en el funeral", lamentaba, puntualizando que primero estuvo tres años conviviendo con su madre, pero le abandonó: "Se marchó con otro hombre. Pasado un tiempo me vino a buscar su hija, nos hicimos novios y el día que murió salió diciendo que iba a dar un paseo", recuerda al tiempo que insiste en que, no era de origen sudamericano, como se está diciendo. "Era de Viana y allí está enterrada", puntualizó.

Junto a él, fueron detenidos su hermano, la mujer de éste, dos hijos y un trabajador luso que tiene la familia. Ayer todos optaron por no dar a conocer sus nombres pese a que regentan un negocio de hostelería de Grou, el café-bar-jamonería Mañoy. También fue detenida una mujer en la zona de Verín que aseguran no conocer.

"Si nos dedicamos al negocio de la prostitución, ¿dónde están las mujeres?"

El cafe-bar Mañoy permanecían en la mañana de ayer abierto al público. Sobre el mediodía, un par de clientes estaban sentados sobre una mesa, mientras en la barra había varios periódicos, en los que se recogía la detención de parte de la familia que regenta el local como presuntos integrantes de una red que obligaba a mujeres a prostituirse.

En una esquina estaba el que fue novio de la joven muerta en el embalse, mientras que en la barra atendía a los clientes una mujer -también detenida- que se identificó como su cuñada. "No sé lo que está pasando y por qué. Aquí no hay prostitución. La chica que murió tenía prohibido entrar en el local. Además, enfrente de nuestra casa reside un guardia civil jubilado, que diga si vio algo de prostitución", afirma, al tiempo que alerta por teléfono a su marido -estuvo detenido- de la presencia de periodistas. El dueño del bar asegura que tampoco entiende por qué los arrestó la policía. "Si nos dedicamos a la prostitución ¿dónde están las mujeres? Espero que algún día se aclare todo", se pregunta.

En un recorrido por el pueblo, los vecinos son reacios a hablar abiertamente de las detenciones y si en el pueblo se utilizaban locales para ejercer la prostitución. Todos recuerda la muerte de la joven en el embalse de Lindoso y no entienden cómo pudo recorrer a pie los siete kilómetros que separan las casa en que habitaba del lugar en que fue hallado el cadáver.