Taxistas en Ourense: "Tenemos que hacer de 12 a 15 horas"

ANÁLISIS DEL SECTOR

El incremento de viajeros por el AVE no cubre las subidas en combustible o seguros, según los taxistas de la ciudad

Un taxista sube a su vehículo en la estación de trenes.
Un taxista sube a su vehículo en la estación de trenes.

Los taxis de la ciudad se encuentran casi siempre en movimiento. Aunque puedan juntarse de cuatro a seis coches en alguna de las principales paradas de Ourense, no permanecen mucho tiempo allí. Y es que, pese a los cambios tarifarios y los nuevos clientes que traen la alta velocidad, el coste de mantener su actividad es también más alto. Hasta el punto de que, según los cálculos de la Asociación de Taxistas de Ourense, no empiezan a generar beneficios hasta mediados de cada mes, pues dedican los primeros 15 días solo a cubrir gastos. “Ocho horas no llegan”, reconoce el presidente de la asociación, Francisco Javier Álvarez, “hacemos una media de entre 12 y 15 horas”.

A la condición de autónomos de muchos conductores han de sumar los precios de los seguros, que se han disparado; el coste de combustible, que tampoco para de subir; y la renovación de los vehículos cada diez años, según la normativa vigente.

“Con la llegada del AVE aumentó algo el trabajo”, comenta el presidente, “ahora está más localizado por horas. Sobre las 12 en el Hospital hay ambiente, porque dan las altas y sube la demanda. Al mediodía en la zona de la estación, cuando llegan los trenes. Con el nuevo sistema de radiotaxi, que va por GPS, nos hemos extendido más, y cubrimos más ciudad. Coges los servicios circulando, pero no buscamos clientes por la calle. A veces, vienes de hacer un servicio, y te salta otro cliente porque estás cerca”. Pusieron en marcha este sistema hace 5 años, y su experiencia es que incrementa la eficiencia “se localiza el trabajo por zonas y franjas horarias, así que vas más tranquilo.

Cambia de hábitos

Los cambios sociales también han mudado la forma en la que los taxis se mueven. Una de las colaboraciones que les ha permitido abrir nuevas líneas de negocio es llevar al personal del Sergas a realizar visitas domiciliarias. “Hacemos estos servicios desde la pandemia”, explica Francisco Javier Álvarez, “acompañamos a los enfermeros a hacer domicilios. Se hace en toda Galicia”.

Por otro lado, han reducido el número de vehículos disponibles por la noche, debido al cambio de hábitos nocturnos y el descenso en el número de personas que piden un taxi tras pasar por los locales de ocio nocturno en fin de semana. “El trabajo del sábado por la noche era antes. Ahora lo de la fiesta ya bajó mucho. Pero no se trata de un día o una franja horaria. Se trata de que haya trabajo todos los días”, puntualiza el presidente.

Licencia, cuotas y seguros

El primer gasto que afronta un taxista es el pago de la licencia. Una búsqueda por Internet permite encontrar en algunos pueblos de Ourense alguna en venta por 15.000 euros, y aunque la Asociación de Taxistas de la ciudad no quiere dar cifras concretas, su presidente asegura que están por encima de ese precio. Luego entra la cuota de autónomos, fórmula a la que se acogen la mayoría de conductores profesionales, que supone facturar un mínimo de 300 euros, aunque “todos pagamos más para prevenir bajas”, según Álvarez.

El combustible puede llegar a los 600 euros mensuales, lo que hace que algunos taxistas hayan optado por el coche eléctrico o híbrido, que sí les supone un ahorro, pero tiene un problema: “Un 100% eléctrico está en torno a 40.000 euros. La Xunta ayuda con hasta el 10% del coste, pero el resto debes pagarlo tú”. Y por último, el seguro específico de taxi, que dependiendo de las coberturas puede superar los 5.000 euros anuales. “Al mes debes facturar entre 1.500 y 2.000 euros sólo para cubrir gastos”, cuenta Francisco Javier Álvarez, “eso hace que algunos compañeros no empiecen a tener beneficios hasta el día 15 de cada mes”.

En cuanto al relevo generacional, se está produciendo entre familias, o empleados que asumen el taxi cuando su jefe se jubila. La Asociación de Taxistas de Ourense calcula que un 25% de los chóferes de la ciudad son empleados. “Además, antes de diez años debemos cambiar de coche, eso hace que alguno lo deje”, explica Álvarez.

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