Las pruebas de delito en la operación Jericó: una barra de pan y una deportiva del 40

OPERACIÓN JERICÓ

Joyas, dinero y ropa eran el objetivo de una banda itinerante que se desplazaba desde Barcelona para cometer robos en viviendas de Galicia.

M. Sánchez

Publicado: 23 dic 2024 - 18:00 Actualizado: 24 dic 2024 - 09:26

Una barra de pan incautada como prueba.
Una barra de pan incautada como prueba.

Los ladrones actuaban a plena luz del día, aprovechando que no había moradores en las casas. Uno de ellos solía hacerse con una barra de pan para pasar desapercibido entre los vecinos mientras vigilaba cuando el resto de la banda forzaba las cerraduras de las viviendas asaltadas. Según el capitán Juan José López Castro, “les ayudaba a adaptarse al medio”. Ir a comprar el pan a media mañana no levanta sospechas.

Los bombines de las cerraduras los violentaban con herramientas con destornilladores o incluso una pata de cabra. En algún caso, desmontaron la mirilla de la puerta para introducir una microcámara con la que detectar o descartar moradores en el interior de las viviendas.

A las casas no entraban los cuatro. “Al interior de las viviendas accedían dos personas, mientras que uno se quedaba vigilando en la escalera y otro en el exterior”.

Profesionales en toda regla en busca de dinero y joyas. La Guardia Civil recuperó 2.520 euros y alhajas que ya fueron entregadas a sus dueños. También se incautó de seis teléfonos móviles. Los desplazamientos, según recordó Francisco Gascón, capitán de la Policía Judicial de Pontevedra, tenían que resultarles rentables ya que desembolsaban previamente bastante dinero. Viajaban en vehículos de alquiler y se alojaban en viviendas turísticas durante días.

Entre los objetos ayer expuestos también había una zapatilla del 40 que dejó una huella a la entrada de la casa. Un indicio que los investigadores incluyeron en el atestado entregado al juez.

La banda, según confirmó la Guardia Civil, no permanecía mucho tiempo en Galicia. A lo sumo tres días en los que cometían varios robos al día. Por la mañana estaban en Lalín y poco después se desplazaban a Carballiño. En la villa del Arenteiro estuvieron el 10 de octubre y otro el 19 de diciembre. En la ciudad, el 8 de noviembre (fue detenido uno de ellos por la Policía Nacional, pero quedó en libertad).

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