Retirados 13 enjambres de abeja en la ciudad en un mes

Los enjambres de abejas nunca habían estado tan presentes como esta primavera en la última década. Los bomberos acuden cada semana, en compañía de apicultores a descolgar o desplazar enjambres de estos insectos que se han instalado en diferentes zonas de la ciudad. En el último mes actuaron en más de 13 ocasiones y, en lo que va de año, suman 18 sus desplazamientos para mover estos nidos.

“Antes lo normal eran cinco paneles en todo el año”, explica el jefe del parque de Bomberos, José Benito. Más comunes eran las intervenciones con velutinas, sin embargo este año “aún no empezó lo fuerte, solo se sacó algún nido puntual”, explica Benito. Cuando los bomberos encuentran o son alertados de la presencia de un enjambre, “se llama a los apicultores y acuden con una caja de cartón. En ella se le incluyen feromonas que las atraen y se trasladan. Luego a la noche los apicultores se las llevan”, explica Benito.

Jose María Seijo es el presidente de la Agrupación Apícola de Galicia y señala que la incidencia de abejas “va a ser una locura”. Debido al mal tiempo, con temperaturas atípicamente bajas, “había mucha población en las colmenas pero les faltaba comida. Al quedarse irremediablemente dentro se multiplicaron y se acumularon en la colmena”, explica el apicultor. Ahora, con el buen tiempo y el calor se expandieron y desde hace una semana salen en masa a por alimento. “Con las velutinas pasará algo parecido y en julio saldrán de forma descontrolada”, señala Seijo.

Además de salir a buscar alimento, las poblaciones comenzarán a enjambrar, es decir, “a criar nuevas reinas y a dividirse en grupos dentro de la colmena”. La vieja reina se marchará con un 30% de la población y se formarán muchos pequeños enjambres”, explica el experto.

El problema no lo tienen los humanos, sino que “son ellas las que corren peligro de muerte”, indica Seijo. En el exterior están expuestas a enfermedades o a otros enemigos y “si no las recoge un apicultor pueden morir. Los ácaros también acabarían con ellas”, explica el presidente de la Agrupación Apícola gallega.

Aunque las abejas no presentan peligro, este fenómeno es trasladable también a las avispas, “que ya están fundando diversos nidos”, alerta.