Sánchez Vidal asume su responsabilidad en los comicios pero elude hablar de su futuro

La ejecutiva local del BNG se cita para evaluar la causa de la debacle en la ciudad y tomar medidas

Sánchez Vidal asume cierta responsabilidad personal en la debacle electoral en la ciudad pero también ‘colectiva’. Por ello, ayer evitó pronunciarse sobre las medidas a adoptar para poner remedio al desastre, a la espera de una reflexión.

LR

Publicado: 05 mar 2009 - 09:18 Actualizado: 10 feb 2014 - 23:40

La pérdida de casi 4.000 votos en la ciudad sitúa en la cuerda floja la continuidad de los actuales dirigentes locales del BNG en el municipio, particularmente el teniente de alcalde, Alexandre Sánchez Vidal, en el que un notable número de compañeros personalizan el fracaso electoral del domingo. Una ejecutiva local, a celebrar esta tarde, comenzará a analizar las causas de la derrota tan contundente y, sobre todo, la situación en la que queda el partido en la ciudad de cara a las municipales. Y podría exigir responsabilidades, pese a que una posible dimisión en Ourense del teniente de alcalde o del responsable local del partido, Andrés García Mata, es poco probable, incluso dicen en algún sector que contraproducente, teniendo en cuenta que el propio candidato a la presidencia de la Xunta, Anxo Quintana, ha eludido hasta el momento esa drástica medida.

El propio Alexandre Sánchez Vidal -tras una andaina termal por la ciudad-, habló por primera vez del fracaso del domingo para hacer suyas las reflexiones de Quintana y, así, prefiere esperar a la asamblea local, prevista en dos semanas, y al consello nacional del 14 de marzo antes de hablar públicamente de su futuro. Mientras, valora que los ‘resultados son malos’ pero ‘merecen unha reflexión tanto desde a perspectiva galega como local; reflexións nas cales eu teño as miñas aportacións que facer de carácter individual pero permitídeme que non as exprese publicamente antes de facer unha posta en común no seo do propio ámbito local nos organismos do BNG correspondentes’, la ejecutiva local y las asambleas previstas.

En su comparecencia ante los medios, Sánchez Vidal reiteró que ‘será a partires dese momento e unha vez contrastadas as opinións personais que un poida ter coas dos compañeiros cando poidamos facer unha valoración’. Mientras y a falta del análisis colectivo, no ocultó su responsabilidad personal en la derrota pero también apeló a la ‘colectiva e nese sentido temos que facer esa valoración con carácter xeral’. En su favor, quiso recordar que ‘nos mellores resultados nunhas municipais en Ourense eu encabezaba esa candidatura e creo que foi mérito de todo o BNG’. Por eso, ‘e cando as cousas non saen ben temos unha cota de responsabilidade persoal pero tamén hai cuestións colectivas’.

Sin concretar nada acerca de las causas que llevaron a los nacionalistas a su peor resultado en Ourense desde que comenzaran una notable subida a mediados de los 90, atribuyó a factores ‘variados’ la debacle.

Y, en todo caso, no cree que los nacionalistas deban ‘devorarse a si mesmos, caer en procesos de endogamia, devorarse en cuestións de responsabilidades que son colectivas porque aquí hai unha liña política apoiada nos últimos catro anos’ por más del 80 por ciento, dice, del Consello nacional.

Falló el mensaje

En el seno nacionalista, todos callan o eluden públicamente la petición de responsabilidades, a la espera de que Santiago establezca la estrategia a seguir. Por ejemplo, la responsable comarcal del partido, Montse Nóvoa, declinó pronunciarse sobre la derrota en la ciudad, remitiendo cualquier valoración al secretario local, García Mata, ayer ilocalizable para este diario.

Sí habló el tercero de la lista, que quedó fuera del Parlamento, Iago Tabarés, partidario de reflexionar con calma el descenso de votos, que considera muy preocupante. Él atribuye la debacle en la ciudad a varias causas, entre ellas la falta de una adecuada transmisión de la gestión de la Xunta, incluso del bipartito en la ciudad, al electorado; y una penalización a la fórmula de estos bipartitos, precisamente por esos problemas de comunicación con la sociedad. Pero Tabarés no quiso hablar de dimisiones ni cuestionar los liderazgos, apelando en todo momento a la autocrítica, que cree imprescindible, antes de decidir el futuro de los dirigentes del BNG.

Es lo que opina también Sánchez Vidal, que prefiere no recurrir a factores de carácter exclusivamente externo y analizar, con autocrítica y sosiego, las causas internas de la debacle, antes de pedir cabezas.

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