Un tercer y un quinto premio reparten pellizcos de fortuna en Cortegada, Xinzo y en Laza

La suerte no quiso pasar de largo por la provincia y, cual estela fugaz, dos números repartieron la suerte en diferentes localizaciones de Cortegada, Xinzo de Limia y Laza.

El tercer premio fue el primer grande en salir del Sorteo de la Lotería de la Navidad y lo hacía, minutos antes de las diez de la mañana, con el 11.840. Un número que no olvidarán fácilmente en el bar Rivera de Cortegada y menos la peña madridista Miño que se llevó un pellizco de 50.000 euros. “Cogimos el negocio en julio, así que muy buen debut”, comentaba Alejandro Barrionuevo, quien confirmó que el presidente de la peña y anterior propietario del establecimiento, entregó un quinto premio en el sorteo navideño de 2023.

De la máquina salieron también los cuatro décimos del 77.768 vendidos en los concellos de la provincia de Ourense, con un premio de 20.000 euros al décimo. En Xinzo de Limia se vendieron tres décimos del cuarto premio. En la administración de loterías número 1 y el café Villasana, ambos en la avenida de Madrid, y en la cafetería de la estación de servicio Antela ubicada en el acceso a la autovía das Rías Baixas A-52. “Siempre es una grata sorpresa. Nunca te acostumbras”, comentaba Martín, el gerente del establecimiento, un lugar de paso que dificulta identificar al agraciado.

Satisfacción que compartían en la administración de loterías número 1 que regenta Herminio Carballeda y también en el café Villasana. María Ángeles Argibay compartía su felicidad en una jornada en la que no dejó de servir cafés y recibir felicitaciones. “Era una espinita que teníamos clavada. Llevamos 40 años vendiendo lotería y habíamos dado todos los premios, salvo este. Es una señal”, dijo.

El cuarto boleto premiado salió de una máquina del bar-restaurante El descanso del peregrino, ubicado en el número 45 de la carretera a Vilar de Barrio, en Laza. Su propietario, Antonino Quintas, posaba feliz con el “vendido aquí”. “Es el primer premio grande que doy en cuatro años. Por aquí pasan muchos peregrinos, posiblemente se lo habrá llevado alguno porque salió de máquina. Si fuera un vecino, ya lo hubiéramos sabido”, confesaba a media mañana, con la clientela felicitándole por el reparto.