Todos juntos por primera vez

CRÓNICA

Telemiño consiguió lo que cuatro reuniones anteriores no fueron capaz de hacer: unir en un mismo espacio a toda la oposición al gobierno en solitario de Gonzalo Pérez Jácome. El feeling duró lo que tardaron en llegar los reproches.

Publicado: 16 oct 2020 - 08:52 Actualizado: 16 oct 2020 - 00:53

Un momento del debate entre los partidos ourensanos (XESÚS FARIÑAS).
Un momento del debate entre los partidos ourensanos (XESÚS FARIÑAS).

Telemiño consiguió sentar por primera vez a los portavoces de los cinco grupos que representan la oposición en Ourense. A la primera reunión para desatascar la situación de gobernabilidad, que convocó el BNG, no fue el PP y no estaban invitados Miguel Caride y los suyos; a la primera reunión de Ciudadanos con PP y PSOE no fue convocado el BNG; a la siguiente los socialistas se borraron, y en el último encuentro del Liceo eran los nacionalistas los que se ausentaban.

Ayer se consiguió algo que parecía imposible. Juntos estaban los del "espíritu de los 24". Esos 24 de 27 ediles del Concello que pidieron el 11 de septiembre en el pleno la dimisión de un solitario Gonzalo Pérez Jácome. Dejaron atrás sus reticencias por una hora y se sentaron alrededor del periodista Antonio Nespereira.

La unión duró más bien poco. Lo que tardaron en llegar los reproches, que no fueron escasos. "Saín da última reunión satisfeito, pero hoxe estou decepcionado", confesó Miguel Caride, en una visión que compartía José Araújo. Alguno hablaba de una "transformación" con las cámaras delante, quizás comprensible. La cosa no acabó como quizás debería haber transcurrido, con un discurso bien claro ante la audiencia. El BNG clavó sus miradas en el PP, al que acusó de ser el mal de todo. Ciudadanos fue más incisivo que de costumbre con el PSOE, al que recordó su "división interna" y sus negociaciones de antaño con Jácome, además de mentar la etapa del bipartito. Villarino, con un perfil moderado y más institucional –quizás sintiéndose alcaldable–, elevó el tono en el tramo final, quizás presionado por el liderazgo que el BNG intentaba ejercer por el flanco izquierdo. Pero el socialista evitó críticas voraces a los populares, sabedor de que la vía del gobierno en común gana puntos. El PP, sin salirse del guión, evitó confrontar y se vindicó como partido de gobierno y amante de Ourense. Solo tuvo críticas para quien puso en ellos sus dientes, los nacionalistas.

El panorama fue bronco por momentos, pero sin llegar a los exabruptos que frecuentan los políticos en el Congreso. Villarino intentó ligar a Araújo como seguidor de los postulados del PP y ambos acabaron enzarzados en las negociaciones del pasado de los socialistas con Jácome. Luis Seara, libre de ataduras, no solo las tuvo contra el PP, sino que dejó caer que hay quien negocia "de tapadillo" con el aún alcalde (en referencia a Villarino), y trató a Caride, Araújo y Moure, como "os tres PP".

El feeling inicial fue decayendo con los puñales que atravesaban el plató. El paso de los minutos encendió los ánimos y acabó por apagar, por el momento, la posibilidad de una solución en vivo y en directo. Aunque arrojó algo de luz. Villarino dejó un último alegato tan enigmático como clarividente: "Haberá unha solución".

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