Valente, en el espacio entre él y su sombra desdoblada

Ourense, fue su Finisterre. De aquí partió siendo un adolescente, tras nacer en 1929, para no volver a habitarla ya desde que en 1947 comenzó Derecho en la USC. Dejó la casa familiar, regresando a veces en vacaciones. Los ritmos de la ciudad le dejaron fértil limo, de romería y ritos a San Lázaro, o las Burgas aurorales, de donde “Augasquentes”, para nominar la innombrable. Para segundo de carrera va a Madrid, cambiando a Filología Románica, tiempo (1948-1954) de búsqueda y boda con Emilia Palomo. Nace Lucila en Ceuta, con la mili, y el final de A modo de esperanza, premio Adonais 1955. Marcha a Oxford/U.K. y Master of Arts y nace Antonio, incorporándose como funcionario de la OMS en Ginebra (1958-1982), nacen Patricia y María (que muere bebé), trabajo de traductor, que continúa en la UNESCO, París, y divorcio. Regreso e instalación en Almería. Intensa actividad, viajes, nueva pareja, Coral (María del Pilar), fallece Antonio, y también en aquella capital suiza el poeta en 2000. Sus restos están en el cementerio municipal sito en las antiguas huertas del convento franciscano, con la cabeza al oeste. Cuando llueve las aguas van hacia las Burgas, y el Barbaña, y ambos por el Miño van a dar al mar, que es el morir...

“Yo fui un joven escritor en un tempo sombrío”

“Alguna vez, he pensado que se salía de España por una elemental necesidad respiratoria. El cielo era bajo, el aire espeso”. Así lo dejó escrito, tras sus primeras lecturas en la biblioteca del cura Basilio Álvarez, siendo decisiva asimismo la ayuda e influencia de otro, Maximino Romero de Lema, discípulo de Ortega y Gasset, en su cambio a la capital del Estado, donde el magisterio de Alberto Jiménez Fraud se superpone como un maestro, considerándolo un padre. Cernuda y Lezama Lima, María Zambrano, y progresivamente la poesía de la meditación con los espirituales españoles, economía de la palabra y dos Premios de la Crítica 1960 y 1980, el Nacional de Poesía 1992, y ambos de nuevo, póstumamente, por “Fragmentos de un libro futuro”. Asimismo el Príncipe de Asturias 1988. Es esta exposición de Ourense conmemorativa de los veinte años de su fallecimiento, en la que el comisario carballinés José Manuel Mouriño ha dispuesto un relato de Valente desde el retrato de Ginebra 1998, a la derecha de la entrada Ourense, a la izquierda Almería. Aquí está la bilingüe edic. de "Cántigas de Alén", 1989, por el consorcio de Santiago, ilustrada con grabados de Chillida, con la parte correspondiente del vídeo, que se muestra dividido en la parte almeriense en el lado de poniente. En este lado la distribución de la casa del poeta, en cuya terraza escribía, y su proyecto con el fotógrafo Manuel Falces "Cabo de Gata: la memoria y la luz". Trabajó con artistas como Tàpies o Leopoldo Nóvoa, quien desde París se instaló en Armenteira, donde vivió San Ero, que escuchó el canto de la pasariña y vivió la eternidad, de lo que hay ecos en su último poema, “Cima del canto,/el ruiseñor y tu/ya sois lo mismo”.