Alberto Nóvoa, del Celanova: “Queremos pasar un año bonito”

El recién ascendido Sporting Celanova está completando un primer tercio de liga muy positivo y uno de los jugadores clave para el técnico Ángel Mociño es Alberto Nóvoa (Ourense, 1998), que desde que llegó a San Rosendo ha disputado todos los minutos.

“La verdad es que no tenía pensado bajar de categoría (incompatibilidad federativa de jugar en Tercera con el Barbadás y dirigir al Juvenil A de la UD Ourense en Liga Nacional), pero por las circunstancias tuvo que hacerlo y la verdad es que no pude tomar mejor decisión que fichar por el Celanova. Tanto la directiva como el cuerpo técnico y los jugadores me acogieron muy bien y me sentí cómodo desde el principio. Estoy en una villa que respira fútbol por los cuatro costados y es una delicia jugar en un campo como San Rosendo, de hierba natural, y con la grada siempre llena, además, con la gente animando durante todo el partido”, comenta Alberto Nóvoa.

Después de nueve jornadas disputadas, el Celanova ocupa la octava posición, por lo que el exjugador azulón considera que “hemos empezado bien, tenemos una plantilla con muchos jugadores de aquí, que por su sentimiento de pertenencia al club no habían jugado en esta categoría y se ha demostrado que tienen capacidad más que suficiente. Son gente muy joven y con mucha hambre, que nos ayuda a no conformarnos con ganar un fin de semana y estar tranquilos, sino a querer más, aunque el objetivo del club es la permanencia. Hay que intentar conseguirla cuanto antes para poder pasar un año bonito que también ilusiona al club”.

Asimismo, reconoce que “se ha encontrado un ‘mix’ entre los futbolistas que hemos jugado en una categoría superior y los propios de Celanova, además, la labor del técnico Ángel Mociño es indispensable y hace que todas las piezas vayan encajando en una plantilla tan joven, aunque con algunos veteranos que intentamos transmitir nuestra experiencia”.

Jugador y entrenador

Además de ser centrocampista en el Celanova, Alberto Nóvoa es el entrenador del Juvenil A de la UD Ourense, dos cargos que compagina con mucho esfuerzo e ilusión: “Las tardes son muy completitas, ya que primero entreno a los juveniles en Coles y luego cojo el coche para ir a Celanova, durante el camino aprovecho para desconectar un poco y cambiar el ‘chip’ porque no es fácil pasar metal y físicamente de ser entrenador a jugador. En ese aspecto me está ayudando mucho Ángel (Mociño), que siempre me pregunta por el equipo antes de salir a entrenar y hace que esa transición de entrenador a jugador me sea más sencilla”.

Si tuviera que elegir entre el banquillo o el verde, Nóvoa sostiene que “es cierto que de entrenador tienes más responsabilidad y estás pendiente de todo, pero también es bonito. Hay días que me gusta más entrenar y otros jugar, para la mente es mejor estar en el campo y mientras tenga ilusión seguiré compaginando las dos facetas”.