PRIMERA DIVISIÓN
El Madrid respira sin fútbol (2-0)
La cántabra Ruth Beitia se clasifica con solvencia para la final de altura, la cuarta en unos campeonatos del mundo
El obstaculista gerundense Ángel Mullera, que en algún momento llegó a soñar con estar en puestos de finalista (ocho primeros), despertó a la realidad con el undécimo en una final dominada, como siempre, por los kenianos, a la vez que Borja Vivas fracasó en su intento de alcanzar su primera final.
Beitia regresó a la final de altura de unos Mundiales, tras el paréntesis de Daegu 2011, al superar el listón situado en 1,92 metros en la ronda de calificación.
La atleta cántabra, que el año pasado, con 33, hizo un amago de retirada después de conquistar el título europeo y terminar cuarta en la final olímpica, reconsideró su decisión y tras ratificar su oro continental en Gotemburgo (ahora en pista cubierta) mañana volverá a disputar la final de unos campeonatos del mundo, los de Moscú.
Será la cuarta para ella. En Daegu 2011, con la misma marca que en la capital rusa, no se clasificó, pero curiosamente formó parte del relevo 4x100 español en sustitución de la lesionada Belén Recio.
Beitia definió el concurso por las medallas del sábado como 'territorio comanche, con tres rusas y una americana', consideró que habrá que saltar dos metros para ganar medalla y anticipó sus planes de seguir en activo el año próximo.
Por la tarde, Ángel Mullera se embarcó en una guerra imposible contra los africanos en una prueba en la que no consienten intrusos, los 3.000 metros obstáculos, en la que Ezekiel Kemboi consiguió su tercer título mundial consecutivo por delante del atleta que está llamado a sucederle, Conseslus Kipruto.
Mullera, campeón de España hace dos semanas, no pudo aguantar el ritmo keniano a partir del segundo kilómetro y llegó undécimo a la meta con una marca de 8:20.93 minutos.
Peor imagen ofreció el lanzador de peso Borja Vivas, eliminado con una de sus peores marcas del año, 18,97, la segunda peor entre los 13 que competían en el grupo B.
Presente por tercera vez en unos Mundiales, Vivas estuvo también lejos de la final en Berlín 2009 y Daegu 2011, pero esta temporada, con 29 años, se había mostrado consistente en los 20 metros. El 1 de junio pasado logró su mejor registro personal (20,63), aunque lo hizo en casa, en la ciudad deportiva de Carranque, sin la presión de los grandes campeonatos.
Un nulo en el primer intento obligó a Vivas a extremar las precauciones. En la segunda ronda lanzó 18,95 metros, que le situaban undécimo en el grupo B, y sólo mejoró dos centímetros en su lanzamiento del adiós.
En relevos 4x400, el cuarteto español, formado por Roberto Briones, Samuel García, Mark Ujakpor y Pau Fradera, quedó eliminado en las series de los Mundiales con un sexto puesto y una marca de 3:04.07 en la primera carrera.
Briones, primer relevista, entregó en penúltima posición, García avanzó hasta la quinta plaza pero ahí se abrió un hueco con los cuatro de arriba y Fradera, en la última posta, no pudo mantener la posición frente al dominicano Luguelin Santos, bronce en la prueba individual. A la final sólo pasaban los dos primeros de cada serie y otros dos por tiempos.
UNA COLOMBIANA DE ORO
Además, Caterine Ibargüen escribió un capítulo de oro en la historia del atletismo colombiano al proclamarse campeona del mundo de triple con una marca de 14,85 en una jornada que vio peligrar el récord mundial de altura del cubano Javier Sotomayor, seriamente atacado por el ucraniano Bohdan Bondarenko, que se colgó el oro con un salto de 2,41 metros.
Bronce mundial en 2011, plata olímpica en 2012 y oro mundial en 2013. La trayectoria de esta colombiana de 29 años ha hecho cumbre después de batallar durante casi un decenio con todo tipo de saltos, longitud, altura y triple.
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