“Púa”: una historia de “verdugos con corazón” basada en ETA o Iraq

Foro La Región

El reputado novelista madrileño Lorenzo Silva inauguró la temporada 2024 del Foro La Región presentando su último trabajo

Publicado: 11 ene 2024 - 20:00 Actualizado: 11 ene 2024 - 22:35

Directo | Lorenzo Silva inaugura Foro La Región este 2024

“Hay historias que un escritor busca deliberadamente y hay otras que de repente lo asaltan”. Así explicó ayer Lorenzo Silva la elección de la trama de su última novela, “Púa”, protagonizada por una persona que mata, engaña y traiciona por encargo y que el lector acompaña durante las 450 páginas sobre un verdugo “con corazón”. La nueva temporada del Foro La Región comenzó con la ponencia, “¿Tienen corazón los verdugos?”, a través de la cual Silva desmenuzó todo un proceso creativo que comenzó hace al menos diez años.

El novelista estuvo presentado por el escritor ourensano Marco Valerio Lama, quien repasó la trayectoria de Silva, desde sus inicios hasta la actualidad, resaltando, por un lado, lo prolífico de la trayectoria del madrileño sin dejar de lado la gran calidad de sus obras. Además, hizo hincapié en la enorme lista de reconocimientos de uno de los autores de novela negra más reconocidos del siglo XXI.

La conferencia se basó, principalmente, en las diferentes historias humanas que inspiraron a Silva para llegar a crear al personaje protagonista de Púa. Así, comenzó haciendo una analogía en la que un adulto va a abusar inminentemente de un niño indefenso y que solamente se podría detener si se le mata. A partir de esta metáfora es como muchos verdugos consiguen deshumanizar a sus víctimas y “colocarse del lado de los oprimidos”.

El público aplaude la intervención de Silva.
El público aplaude la intervención de Silva.

Así, para hablar de verdugos, comenzó haciendo referencia a su relación personal con la banda terrorista ETA. “ETA mató a un vecino mío con una bomba en su coche. Un coche, por cierto, en el que se solía subirse con sus hijos”, narró. Intrigado por la motivación que los llevó a quitar vidas, el escritor explicó que en la mayoría de los casos no es la razón esperada. “El amor filial fue lo que llevó a un chico de 20 años a pasar a la clandestinidad e integrarse en ETA, su padre y su tío habían sido detenidos por el bando de los nacionales durante la Guerra Civil y les habían destrozado la vida, verlos así le llevó a querer hacer algo contra los que él responsabilizaba del sufrimiento de su padre, luego vino el adoctrinamiento y lo demás”.

Otro capítulo importante fue la guerra de Iraq y como los “miles de soldados españoles que allí participaron” cuentan las escalofriantes historias que hay tras cada vida que quitaron, algo que “es como si se les quedara grabado en su memoria”. Además, cuenta como el “trasnochado código de honor” es algo que diferencia a los soldados profesionales de los milicianos, mucho más sanguinarios. Contó la historia de un asedio de los chiíes a una base militar, en el que no había miramientos contra los que allí trataban de resistir, mientras estos trataban, pese a toda la presión que sobre ellos había, “de minimizar los daños”.

En “Púa” también hay algo de la esencia de los torturadores, como la del policía que utilizó la violencia para lograr información sobre un atentado. “Sabía no que estaba bien, pero pensó que era menos malo que los muertos que ocasionaría si no frenaba al comando; en ese momento era lo que creía que tenía que hacer, aunque reconoce que lo pasó fatal”.

Lorenzo Silva contó que “a los verdugos con los que hablé los movieron razones diversas, pero por lo general me encontré con personas que se hacían preguntas morales sobre sus actos”. Como su protagonista, considera que no actuaron por crueldad, sino porque en algún momento sucedió algo que les llevó a esa situación. El escritor puso el foco en los inductores, “los que no se manchan las manos y normalmente salen impunes”. Hizo especial hincapié en la guerra sucia, que afirmó está en la historia de los principales países democráticos. “Si no indagamos sobre los que están detrás de los verdugos estamos condenados a que sigan existiendo; y parece que hay mucha gente interesada en que se sigan creando verdugos”.

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