Juan Gestal: “La pandemia se terminará entre finales de febrero o inicios de marzo”

Juan Gestal es uno de los epidemiólogos más reputados de España y ha sido una de las voces autorizadas que ha ido analizando para el público, a través de los medios, la evolución de la Pandemia. Gestal es el protagonista del próximo Foro La Región, que se celebrará este martes a las 20,30 horas en el centro cultural Marcos Valcárcel.

¿Cómo de cerca estamos del final de la pandemia?

Nunca se puede decir con absoluta seguridad porque este virus nos ha engañado varias veces. Ya son varias las ocasiones en las que nos hemos creído que terminaba todo, por ejemplo, después de la cuarta ola, con la llegada del verano… y descubrimos que no tenía carácter estacional. Nos engañó después de la quinta ola de los estudiantes de Mallorca y también a principios del octubre pasado.

¿Ha cambiado algo con respecto a esas veces?

Tenemos más argumentos para pensar que esto se acaba. Nos basamos en la evolución de los virus, que siempre camina hacia su máxima eficacia biológica, esto es: su capacidad de infección. La pandemia ha producido más de 10.500.000 casos de covid, y más de la mitad son de ómicron. Esta elevadísima trasmisibilidad lo ha convertido en el más contagioso de la historia de la humanidad, incluso más que el sarampión. Y también lo pensamos por el alto número de reinfecciones que ha logrado, aunque es cierto que el 95% de los casos son asintomáticos o leves. Por eso creo que la pandemia se terminará a finales de este mes o inicios de marzo.

¿Eso significa que no habrá otra variante?

Es posible, pero muy improbable que aparezca otra variante que tenga más eficacia biológica. Variantes se van a seguir produciendo, los coronavirus son de ARN, por lo que se favorecen de “errores” en su secuencia de ARN. Aunque también parece que este virus no desaparecerá, y pasará como con otras pandemias, que pasarán a ser virus estacionales, como la gripe. Así, ya de cara a otoño-invierno, se podrá empezar con una vacunación personalizada a las personas más vulnerables. Además, hay que tener en cuenta que las pandemias respiratorias de los últimos 150 años han durado como mucho dos años.

Las mascarillas ya han desaparecido y se eliminan las restricciones en la hostelería, por lo que van en consonancia con este pronóstico.

Ahora hay que ir normalizando y que las restricciones vayan desapareciendo. Creo que la última en desaparecer sería la mascarilla en interiores.

¿Y seguir exigiendo el pasaporte covid no es una contradicción?

Creo que no, porque la principal utilidad de este pasaporte covid es animar a la gente a que se vacune.

¿Es el momento de comenzar el proceso de gripalización?

Habría que definir gripalización, que, en este caso, sería pasar de una fase de contención del contagio a una de mitigación, en la que se traten solo aquellos casos que necesitan más atención médica y centrar en ellos las actuaciones. ¿Para los demás? No sería necesario ni siquiera llamar. Al tratarse de un caso asintomático o leve, pues nos lo podríamos tratar nosotros con el paracetamol o el ibuprofeno.

¿Cuál cree que ha sido el error más grave en la gestión de la pandemia?

La pandemia puso de manifiesto muchas deficiencias de nuestro sistema sanitario, del que creíamos que era de los mejores del mundo, y lo es, pero como consecuencia de la crisis económica de 2008 se habían tomado una serie de medidas para “sostenibilizar” el sistema de salud. Esto provocó que no se repusiesen las bajas de jubilación, por lo que hubo una bajada muy importante de recursos humanos. Por otra parte, no se renovó la tecnología. Y por último, ya se habían diagnosticado, a inicios del 2019, otros problemas, como los de la atención primaria, e incluso se aprobó en abril un paquete de medidas, pero con la llegada de la pandemia no se pudo desarrollar esta planificación.

¿No cree que se reaccionó tarde?

La vigilancia epidemiológica no detectó que nos llegaba la pandemia. El Ministerio no supo ver ni valorar lo que nos venía encima y tampoco se siguieron las recomendaciones de la OMS de que nos aprovisionásemos de EPIs, respiradores, test. Así llegó la primera ola y fue terrible.

La incertidumbre ha afectado mucho en el tratamiento de la pandemia. ¿La falta de transparencia ha podido crear desconfianza en la ciudadanía?

Ha habido muchos errores de gestión. El primero fue no verlo venir. El segundo fue la falta de coordinación, el Gobierno no se coordinó con las Comunidades Autónomas y funcionó por su cuenta. El tercero fue no escuchar a las comunidades. El cuarto fue la prematura salida del confinamiento, antes de alcanzar las incidencias marcadas por la OMS para hacerlo. Además, cuando se salió, el Gobierno dejó a las comunidades solas, y que gestionase la pandemia como pudiera. No se preparó un plan para salir del confinamiento ni se preparó una ley de pandemias para cuando terminase el Estado de alarma.

¿Cree que la población puede estar confundida por las posiciones diametralmente opuestas de cada comité de expertos de cada comunidad según su signo político?

Eso es un problema derivado de que haya 17 comunidades tomando 17 medidas diferentes. Que no es que esté mal, ya que pueden darse casos distintos, pero es un reflejo más de la falta de coordinación entre iguales.

El deterioro silencioso que sufría nuestra sanidad. ¿Es la principal enseñanza que nos llevamos de esta pandemia?

Sí. Hemos aprendido que tenía una serie de necesidades que había que atender y esperemos que ahora se haga. Es urgente atenderlas.

¿Habrá más pandemias?

No será la última, pero las pandemias no tienen periodos de tiempo determinados entre ellas. Que la última importante fuese en 1918 no implica que la próxima tarde 100 años. Nadie nos puede garantizar que no venga en 20. Por esto debemos prepararnos para poner a punto nuestro sistema sanitario.