LOTERÍA DE NAVIDAD
El Gordo, el 79432

Juan Gestal, maestro de médicos

Medio siglo dedicado a la salud pública y la epidemiología y a la docencia no han menguado en absoluto su gran pasión por la medicina y la divulgación.

Publicado: 15 ene 2021 - 07:21 Actualizado: 21 ene 2021 - 22:00

Juan Gestal (MARTIÑO PINAL).
Juan Gestal (MARTIÑO PINAL).

Su vocación era la cirugía, pero los caminos de la vida lo llevaron al terreno de la medicina preventiva y la salud pública, una actividad que desarrolla de manera ininterrumpida desde hace cincuenta años. Juan Jesús Gestal Otero (Muros, 1947), simultaneó el ejercicio de esa actividad desde diferentes puestos de responsabilidad, jefe de la inspección provincial de sanidad y salud pública, jefe de servicio de medicina preventiva, director general de salud pública, con la docencia en la facultad de Medicina de la Universidad de Santiago, de la que fue catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública, director de la cátedra de Hidrología Médica y decano.

¿Qué recuerdos le vienen a la mente si le pregunto por su juventud en Muros?

Recuerdos muy gratos. Soy un enamorado de mi pueblo. La verdad es que tenía una vida muy activa y algunos de los hechos en los que participé entonces, hablo de la década de 1960, siguen todavía ahí, como por ejemplo la cabalgata de reyes. No se había hecho hasta entonces. Me acuerdo que le encargamos los trajes a un sastre que había hecho los trajes de la cabalgata de Gijón. O los primeros campeonatos de fútbol, que dieron origen a muchos de los equipos que hoy día juegan en la ría de Muros. También me gustaba mucho el teatro y fundé un grupo, la Agrupación Artística Muradana. Entonces ponían en televisión aquel programa que se llamaba “Estudio 1” con grandes obras de teatro y fue lo que me inspiró. Luego continué en Santiago, con un grupo de teatro de cámara que se llama Ditea y el TEU, el Teatro Español Universitario.

¿Qué le llevó a dedicarse a la medicina preventiva?

La verdad es que cuando empecé a estudiar Medicina no tenía muy claro cuál iba a ser mi especialidad. Al principio me gustaba la obstetricia y ginecología. También me gustaba la psiquiatría, entendía además que esa era una especialidad que te aportaba una gran cultura. Ya cuando estaba en quinto de carrera pedí una beca para ir en verano al Hospital Provincial de Pontevedra. Allí estuve con el doctor Castro-Rial, que era cirujano y director. Y me di cuenta que me gustaba mucho la cirugía. Tengo gratísimos recuerdos de él. Luego, durante años nos felicitábamos las fiestas por navidades y él siempre me decía “véngase para aquí”.

Pero no se fue.

No. Antes hablaba del grupo de teatro Ditea y en este grupo la primera actriz era Mari Luz, la mujer de Luis Rodríguez Míguez, que entonces estaba con el profesor Manuel Domínguez Carmona, Catedrático de Higiene. Y me animó a que me presentase a alumno interno en ese departamento, me ayudó y me preparó y de hecho saqué el número uno. Y al año siguiente, al terminar, me animaron a que me quedase como profesor ayudante de clases prácticas, que era el nivel de entrada en la docencia. Y así empecé. Hice mi investigación doctoral en inmunología en la Clínica Universitaria de Pamplona sobre el papel del hipotálamo en la regulación de la respuesta inmune. Estaba todavía terminando los trabajos de la tesis cuando Carmona me escribe para decirme que me había conseguido una plaza en la Escuela Nacional de Sanidad para hacer el curso de oficial sanitario que era el equivalente de entonces a los master de salud pública.

¿Determinó su posterior carrera profesional?

Sí. Eso y el compromiso que había adquirido con el profesor Domínguez Carmona de volver a Santiago. Porque cuando leí mi tesis doctoral en Pamplona me presionaron mucho para quedarme allí, como investigador.

¿Cuál fue su primer destino como médico de sanidad?

Me presenté a las oposiciones del cuerpo médico de Sanidad en marzo de 1975, que fueron las más duras que hice en mi vida –e hice muchas– las saqué y empecé como médico adscrito a la jefatura provincial de Sanidad de A Coruña aquel verano, coincidiendo con una epidemia de cólera que declaró en la provincia de A Coruña. Y así empecé, luchando contra el cólera.

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Otra de sus actividades es la hidrología médica

Es cierto. Galicia tiene una gran riqueza en aguas termales. Y ahí hay que hablar de nuevo de mi relación con Luis Rodríguez Míguez, que fue el gran impulsor y era el llamado a ser director de la cátedra de Hidrología Médica y yo el subdirector. Pero finalmente se empeñó en que fuese yo quien llevase el timón.

¿Cómo nace este resurgimiento del termalismo en Galicia?

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La balneoterapia fue perdiendo fuerza con el desarrollo de la farmacología moderna y Luis la despertó con aquellos cursos que organizaba, formando al personal y estimulando a los propietarios de los balnearios para que se modernizaran y la Xunta tuvo un papel muy importante en ayudar a su nuevo desarrollo y promoción. Tanto es así que la cátedra está financiada por la Xunta a través de Turismo. Yo, me preocupo más por la parte médica que por la turística, como es lógico, pero Nava Castro que es una magnífica directora de la Agencia de Turismo de Galicia apoya todas las iniciativas de la cátedra y creo que estamos haciendo cosas muy interesantes.

¿Vuelve el termalismo como práctica terapéutica?

En eso estamos. Hemos hecho un vademécum de aguas mineromedicinales de Galicia que hemos difundido entre todos los médicos de aquellas especialidades que son susceptibles de utilizarlo, como medicina general, reumatología, neumología, dermatología, etcétera para que puedan tener en cuenta a la hora de aconsejar e incluso recetar la balneoterapia en aquellas patologías en las que la cura termal tiene utilidad, como tratamiento propiamente o como tratamiento coadyuvante.

¿En qué está trabajando actualmente? A parte de su divulgador y asesor científico durante la pandemia

Precisamente, en un libro sobre pandemias. Arranco con las pandemias a través de la literatura para luego meterme de lleno en la relación histórica de las grandes enfermedades, como la peste, la viruela, las epidemias del cólera del siglo XIX… la polio, las enfermedades infecciosas emergentes, y así hasta la actualidad. Las enfermedades, las vacunas, qué se hacía durante esas epidemias… poner en situación al lector frente a esos episodios, su efecto y los medios con los que se combatían y las vías de prevención que se utilizaban, así como los avances médicos que se han ido produciendo.

Hay quienes recelan por el corto tiempo de desarrollo de las vacunas.

Es una idea totalmente falsa. Hay un largo trabajo detrás de las vacunas en el desarrollo de su plataforma, la de el ARN mensajero en las que se lleva trabajando desde 2003 y suponen un cambio total en el mundo de la vacunología.

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