Los diplomáticos alertan de la saturación de los consulados y reclaman más recursos para el Servicio Exterior que consideran “barato” para el peso internacional de España

Los diplomáticos españoles han alzado la voz para denunciar la falta de recursos humanos y materiales que sufre el Servicio Exterior, especialmente en una red consular que lleva años saturada y que no da abasto ante el creciente número de españoles en el extranjero. Los retrasos en trámites esenciales como la obtención de la nacionalidad, el registro civil o la expedición de visados son cada vez más frecuentes, en especial en los consulados de América Latina, desbordados por el volumen de solicitudes.

Desde la Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE), mayoritaria entre los miembros de la Carrera Diplomática, denuncian que el número actual de profesionales —unos 1.000 diplomáticos— es insuficiente para representar a España con la ambición que proclaman sus gobiernos. “A España y los españoles les resultamos extraordinariamente baratos”, resume el presidente de la ADE, Alberto Virella, en declaraciones a Europa Press, destacando que esta cifra incluye también a quienes están en excedencia o trabajando para instituciones como el Servicio Europeo de Acción Exterior.

España mantiene actualmente cerca de 130 embajadas y representaciones ante organismos internacionales, así como unos 90 consulados repartidos por todo el mundo. A juicio de la ADE, esta infraestructura no se corresponde con el peso político, económico y poblacional del país, que cuenta con más de 49 millones de habitantes y más de tres millones de ciudadanos residiendo fuera.

La comparación con otros países europeos resulta reveladora: Polonia, con 37,6 millones de habitantes, tiene 1.700 diplomáticos; Dinamarca, con solo 6 millones de ciudadanos, dispone de 1.300; y Portugal, con 10,6 millones, tiene casi 500 diplomáticos —y figuras clave en organismos internacionales como António Guterres en la ONU o António Costa en el Consejo Europeo—.

La situación es especialmente crítica en los consulados, donde además de los trámites habituales (registro civil, certificados, visados…), se han visto desbordados por las solicitudes de nacionalidad derivadas de leyes como la de Memoria Histórica y la de Memoria Democrática. Aunque el Ministerio de Asuntos Exteriores ha intentado reforzar la red con 150 nuevas plazas y nuevos consulados en lugares como Reino Unido y China, el personal sigue siendo claramente insuficiente, según la ADE.

El Ministerio, que está elaborando una nueva Estrategia de Acción Exterior, ha anunciado una revisión “de arriba abajo” del despliegue diplomático, algo que desde la ADE ven con buenos ojos, aunque temen que los recursos no acompañen a los planes. “Tradicionalmente, Hacienda solo permite crecer si no se incurre en nuevos gastos”, lamenta Virella.

A esto se suma la falta de transparencia: según la ADE, el Gobierno no ha elaborado los informes bianuales sobre la adecuación del despliegue diplomático que exige la Ley de Acción Exterior de 2014, pese a haberlos solicitado formalmente.

Entre las medidas anunciadas por Exteriores se encuentra un ambicioso Plan de Digitalización Consular, dotado con 115 millones de euros y que prevé la implantación del nuevo Registro Civil Digital y herramientas de gestión que deberían aligerar los trámites. No obstante, la ADE advierte que, sin más personal ni formación adecuada, la digitalización podría convertirse en “un paso más en un sistema ya sobrecargado”, agravando aún más los retrasos.

Los diplomáticos coinciden en que la solución pasa por voluntad política y una apuesta presupuestaria real. El actual despliegue, alertan, no solo impide atender adecuadamente a los ciudadanos españoles en el exterior, sino que daña la imagen de España y su capacidad de influencia internacional.

“España no puede aspirar a tener voz propia en el mundo si no invierte en quienes la representan fuera”, resume Virella.