Histórica victoria del FPÖ en Austria: la ultraderecha se impone en las elecciones aunque no gobernarán

El partido ultraderechista FPÖ ha logrado una histórica victoria en las elecciones legislativas de Austria, consolidándose como la fuerza más votada con un 29% de los votos tras el escrutinio del 80% de las papeletas. Es la primera vez que una formación de ultraderecha gana unas elecciones generales en el país desde la Segunda Guerra Mundial.

Duro golpe para la coalición de gobierno, encabezada por el ÖVP del canciller Karl Nehammer, que ha visto cómo su apoyo ha caído al 26%, perdiendo más de 11 puntos. Su socio, el partido verde, también sufrió un importante descalabro al quedarse con solo un 8% de los votos, lo que los deja sin la mayoría parlamentaria y abre la puerta a un escenario político incierto en un país marcado por la recesión económica y el creciente descontento social.

Los socialdemócratas del SPÖ tampoco lograron escapar a la tendencia general de pérdida de apoyos, obteniendo su peor resultado histórico con un 21% de los votos. Mientras tanto, los liberales de NEOS, con un 9%, podrían jugar un papel crucial en la formación de un nuevo gobierno, ya que hasta el momento, ninguna de las principales fuerzas políticas parece estar dispuesta a negociar con el FPÖ debido a las posiciones radicales de su líder, Herbert Kickl, especialmente en temas de inmigración y soberanía europea.

A pesar de la victoria en las urnas, no lo tendrán nada fácil para gobernar dado que carecen de apoyos para hacerlo. Las alternativas que se barajan incluyen una gran coalición entre los conservadores del ÖVP y los socialdemócratas del SPÖ, o un tripartito con los liberales de NEOS, que podría garantizar una mayoría más estable. En cualquiera de estos escenarios, Nehammer podría mantener su puesto como canciller.

La pregunta que se hacen los austriacos es como podrá afectar el cordón sanitario que se pretende hacer a el FPÖ. El varapalo sufrido por los partidos tradicionales, unida a la incertidumbre económica y el aumento del desempleo, podrían convertirse en la tormenta perfecta para aumentar el ascenso de los ultraderechistas.