El renacimiento de Sargadelos y su paso por Magdalena en Argentina de la mano de Isaac Diaz Pardo y Luis Seoane

Así nació en Magdalena, a orillas del Río de la Plata, una fábrica de cerámicas que cambiaria la historia, porque no se trataba solo de fabricar platos y juegos de té, sino de reinventar un país

Rafael Osvaldo Méndez

Publicado: 27 jul 2024 - 00:57

Imagen de la barra del Restaurante "Sargadelos"
Imagen de la barra del Restaurante "Sargadelos"

De la inspiración de Isaac Diaz Pardo y Luis Seoane nace el Laboratorio de Formas, una respuesta válida desde la emigración más comprometida, con la idea de que el arte gallego tuviera un lugar que le diera vida, y lo hiciera realidad. Fue en las tierras de Magdalena, donde se dieron al trabajo de fabricar cerámicas y porcelanas que tomaran como punto de partida, el retomar una parte importante del arte gallego en el exilio y fue allí donde surgió la idea de la cerámica de Sargadelos que era un símbolo en la Galicia del siglo XIX

Luis Seoane nos dejó un pensamiento que sintetiza el propósito de Cerámica Magdalena: "Queremos ayudar a enriquecer al mundo con nuestra diferencia, planteamos una propuesta económica, pero que jamás olvide el pueblo donde se creó". Era esta la síntesis política y estética de ese proyecto.

Dado la formación intelectual de ambos protagonistas, nos referimos claro está a Isaac Díaz Pardo, incipiente empresario en España y Luis Seoane artista y activista cultural reconocido en la Argentina. Ambos arribaron a un diagnóstico común. El franquismo había anulado la memoria de las naciones históricas de España, País Vasco, Cataluña y Galicia y silenciado su pensamiento, y pese a que la dictadura continuaba, las artes podían permitir una recuperación de ese patrimonio.

De esas reflexiones, surgió la idea de dar forma a una empresa diseñada por gallegos desterrados con el fin de recuperar en Galicia parcelas de la memoria histórica que se perdieron.

Así nació en Magdalena, a orillas del Río de la Plata, una fábrica de cerámicas que cambiaria la historia, porque no se trataba solo de fabricar platos y juegos de té, sino de reinventar un país.

En el año 1970 Seoane y Díaz Pardo a quienes se sumó en carácter de socio Fernández Arranz dan forma a un manifiesto que fija conceptos básicos sobre sus productos, y definen que los diseños serán fruto de una profunda reflexión intelectual previa que persigue un equilibrio entre Vanguardia y tradición logrado mediante una mutua reinterpretación de ambas.

Fue de esa manera que todas sus colecciones partían de la antigua tradición de la fábrica de loza fundada por él marque de Sargadelos en Galicia y en los orígenes gallegos su iconografía y simbología sumándole a ello las nuevas perspectivas que le daban la investigación con los distintos materiales y las nuevas posibilidades técnicas.

El Laboratorio de Formas pronto recaló en España, cinco años después de su fundación, se trasladó a Galicia y el proyecto original logro recuperar el discurso de la vanguardia histórica gallega, la refundación de instituciones y centros de estudios, la puesta en marcha de un proyecto museístico junto con la recuperación de una parte del arte gallego en el exilio y la recuperación de la cerámica de Sargadelos que era todo un símbolo en la Galicia del siglo XIX. Fue en Argentina donde se trabajaron las ideas básicas que dieron lugar a este gran proyecto

También, gracias a los vínculos y contactos que tenían los exilados gallegos con las instituciones y universidades, da infinita fortaleza a la idea fundadora.

Magdalena fue una estación extraña en nuestra vida; no sé qué se nos perdía allí, en el fin del mundo, a más de 100 Kilómetros de Buenos Aires, al lado del río más ancho del mundo, de aguas barrosas, en una inmensa llanura verde donde soñábamos y esperábamos no sé qué. Recordaba el intelectual, pintor ceramista, y empresario Isaac Díaz Pardo 1920 2012, al hablar de la mayor aventura de su vida. Dos extrañas jarras, protegidas en una vitrina del Museo Larreta dan testimonio de aquella osadía.

Contenido patrocinado

stats