Se cumplen dos años de guerra en Gaza con una tenue esperanza de paz

Este martes 7 de octubre se cumplen dos años desde el inicio del conflicto entre Israel y Gaza, tras el ataque sorpresa de Hamás que desencadenó una escalada militar sin precedentes. El balance humanitario y político arroja cifras dramáticas, pero también gestos hacia una posible negociación de paz.

En la madrugada de aquel sábado de 2023, milicianos de Hamás irrumpieron en territorio israelí durante el festival de música Nova y en varias localidades fronterizas, asesinando a unas 1.200 personas y secuestrando a más de 250. La respuesta de Israel fue inmediata: una ofensiva aérea y terrestre sobre la Franja de Gaza que, dos años después, ha dejado una devastación sin precedentes.

Gaza, símbolo de destrucción y resistencia

Según datos de la ONU y organizaciones humanitarias, más de 67.000 palestinos han muerto, entre ellos más de 20.000 niños, y el 92 % de las viviendas han sido dañadas o destruidas. De los 36 hospitales que funcionaban antes del conflicto, solo 14 operan parcialmente, mientras que la población, desplazada una y otra vez, sobrevive en condiciones extremas. Israel controla ya más del 80 % del territorio gazatí y mantiene el bloqueo de ayuda y suministros básicos.

A la destrucción material se suma una crisis alimentaria sin precedentes: al menos 450 personas han muerto por hambre o desnutrición y más de dos millones de gazatíes dependen de la ayuda humanitaria. Paralelamente, el acceso de la prensa internacional ha sido restringido, y se han documentado la muerte de cerca de 200 periodistas desde el inicio de la ofensiva.

En noviembre de 2024, la Corte Penal Internacional emitió una orden de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, por presuntos crímenes de guerra, incluido el uso del hambre como arma. La ONU y varias organizaciones de derechos humanos califican la situación de genocidio, mientras que países como Reino Unido, Francia o Brasil han reconocido oficialmente al Estado de Palestina.

Pese a la devastación, en los últimos meses han surgido tímidos intentos diplomáticos. Israel y Hamás mantienen negociaciones indirectas en Egipto, con la mediación internacional, para buscar un alto el fuego y un intercambio de rehenes y presos. Sin embargo, los bombardeos continúan y las víctimas siguen aumentando.

Dos años después del ataque que lo originó todo, Gaza sigue siendo un territorio devastado, símbolo del dolor, la resistencia y de una guerra que aún no encuentra salida. La paz, aunque más mencionada que nunca, continúa siendo un horizonte incierto.