Israel deporta a España a 21 de los 49 españoles de la flotilla

GUERRA EN GAZA

Al menos 22 activistas de la flotilla se mantienen en huelga de hambre, seis de ellos españoles

Llegada al aeropuerto de los integrantes de la flotilla.
Llegada al aeropuerto de los integrantes de la flotilla. | Pérez Meca

El grupo de 21 activistas españoles de los 49 que formaban parte de la Flotilla Global Sumud retenidos por Israel llegaron a Madrid, en un avión procedente de Tel Aviv. Entre los españoles que viajan en el avión se encontraban el concejal de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona Jordi Coronas y la exalcaldesa Ada Colau, pero no los tres representantes de Podemos que viajaban en la Flotilla, Lucía Muñoz, Serigne Mbayé y Alejandra Martínez, que se negaron a firmar la extradición, como sí hicieron los 21 integrantes que regresaron a España ayer.

El ministro explicó en redes sociales que el Gobierno sigue ofreciendo protección diplomática y consular al resto de los españoles que permanecen en Israel “para garantizar sus derechos hasta que recobren la libertad”. Desde el primer día hay teléfonos habilitados para las familias de los españoles retenidos y que estarán operativos hasta que todos se encuentren en libertad. Los teléfonos son el +34 91 000 1249 y el teléfono de emergencias consulares Tel Aviv +972(0)505772641.

El eurodiputado de los Comuns y abogado de la Flotilla, Jaume Asens, criticó que la comunicación con los servicios consulares “ha dejado mucho que desear” ya que el Ministerio no les facilitó la lista de los pasajeros. Asens explicó que las personas que regresaron ayer a España son aquellos que firmaron “una deportación voluntaria”. “El resto se ha negado a firmar, por eso estarán tres días como máximo detenidos, a la espera de la comparecencia ante el juez y que ratifique la deportación forzosa”, explicó.

Huelga de hambre

Asimismo, afirmó que de las otras 28 personas que siguen detenidas por Israel hay seis que están en huelga de hambre, una de ellas es la representante de Podemos, Alejandra Martínez. “Están incomunicados, pero hemos podido saber que están todos bien, animados y no hay ningún herido. Eso es lo más importante para nosotros”, aseguró. Sin embargo, no concretó si hubo “algún caso de exceso de fuerza”. “Todavía no lo sabemos, pero lo que sí es que en términos generales el trato ha sido correcto”, puntualizó.

Poco después del anuncio de Albares, el Ministerio de Exteriores israelí confirmó en su cuenta de la red social X la partida de su avión desde Tel Aviv con destino a España, acompañados de otros ocho tripulantes de Portugal y Países Bajos, todos ellos descritos como unos “provocadores”.

Otros 29 provocadores de la flotilla Hamás-Sumud han sido deportados hoy desde Israel a España. Como dijimos, Israel desea que todos los participantes de esta provocación sean deportados lo antes posible, pero algunos de ellos han optado deliberadamente por prolongar el proceso legal de deportación, prefiriendo permanecer en Israel”, indicó el ministerio.

Denuncian que no les dan medicación vital

Los abogados que representan a los activistas de la Global Sumud Flotilla en Israel denunciaron que muchos de ellos no están recibiendo tratamientos médicos vitales y alertó de que entre los detenidos hay pacientes con cáncer, enfermedades cardiacas o hipertensión. “Hasta ayer se les ha negado el tratamiento médico y los medicamentos que necesitaban, incluidas prescripciones esenciales que podrían poner en peligro su vida tales como hipertensión, enfermedades cardiacas o cáncer”, explicó el grupo de abogados Adalah en un comunicado publicado ayer.

Los abogados pudieron visitar a más de 80 activistas y asistir a las vistas celebradas en la prisión de Ktziot, en pleno desierto del Néguev, y les trasladaron deficiencias en cuestiones como el agua o los alimentos. De hecho, “algunos participantes no han recibido nada de comida” desde su detención en aguas internacionales entre el 1 y el 2 de octubre. “Están retenidos en celdas hacinadas y algunos han tenido que dormir en el suelo en condiciones insalubres”, explicó el grupo.

Algunos fueron interrogados por personas no identificadas y otros relataron “maltratos y abusos” de los guardias de la prisión. Además, otros aseguran haber sufrido “violencia física” y al menos uno de ellos sufrió heridas en las manos. También les vendaron los ojos y pasaron largos periodos de tiempo esposados. Una mujer fue obligada a quitarse el hiyab y solo le dieron una camiseta como sustituto y otros denunciaron que les restringieron las oraciones. Muchos de ellos aún no pudieron recibir asistencia legal.

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