Von der Leyen apunta a las grandes tecnológicas de EEUU si fracasa la negociación con Trump

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha señalado que la Unión Europea podría imponer tasas a las grandes empresas tecnológicas estadounidenses como represalia, en caso de que no se logre un acuerdo con EE.UU. para poner fin a la guerra arancelaria iniciada por el expresidente Donald Trump. En una entrevista con el diario Financial Times, Von der Leyen afirmó que la opción preferente de la UE es alcanzar un acuerdo "plenamente equilibrado" dentro del plazo de 90 días establecido como tregua, pero que, al mismo tiempo, el bloque ya está trabajando en una amplia gama de contramedidas para proteger sus intereses económicos.

Una de las posibles represalias que mencionó sería la imposición de un impuesto sobre los ingresos publicitarios generados por las plataformas digitales de EE.UU. en Europa. Esta opción está dentro de las facultades que ofrece el nuevo instrumento anticoerción que la UE ha diseñado para defenderse de las presiones económicas externas que busquen desestabilizar el mercado europeo. A pesar de que Von der Leyen no dio detalles sobre el mecanismo, dejó claro que el bloque está preparado para acciones contundentes si las negociaciones no prosperan.

El comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, también ha mencionado que "todas las opciones están sobre la mesa", refiriéndose a las represalias económicas que la UE podría aplicar si se intensifica la guerra arancelaria. Algunos países como Francia ya habían sugerido previamente gravar las GAFAM (Google, Apple, Facebook, Amazon, Microsoft) a través de impuestos sobre bienes y servicios. Sin embargo, los líderes europeos han acordado priorizar el diálogo antes de adoptar medidas tan drásticas, aunque la posibilidad de imponer estos gravámenes podría materializarse si no se llega a un acuerdo antes de finales de mes.

Por otro lado, la UE ha suspendido temporalmente la primera ronda de aranceles del 25% sobre productos estadounidenses, que estaba prevista para entrar en vigor el 15 de abril. Esta suspensión busca dar espacio para las negociaciones. El gobierno de EE.UU. también ha decidido mantener sus propios aranceles como un gesto para permitir que las conversaciones continúen sin una escalada inmediata de tensiones.

Von der Leyen destacó que la guerra comercial con EE.UU. ha marcado un punto de inflexión para las relaciones transatlánticas y el comercio global, ya que, según su opinión, no hay manera de volver al statu quo previo. Para ella, este conflicto no tiene ganadores: "Sólo hay vencidos", subrayó, aludiendo a los efectos negativos en los mercados internacionales, como las caídas en las Bolsas globales, y al alto costo de la incertidumbre económica generada por el conflicto.