Los barquenses rescatados en Gredos: “Morríamos de frío”

La experiencia acumulada en la montaña, el equipo que llevaban y la capacidad de buscar salida a una situación muy adversa permitieron que Fernando Yáñez y Emmanuel Maclaud relatasen ayer su experiencia en la parte abulense de la sierra de Gredos. Una fuerte ventisca y una intensa nevada, convirtieron en una aventura que se prolongó hasta las 10,00 horas del lunes una subida que, en condiciones normales, deberían finalizar en el refugio de Laguna Grande sobre las 19,30 horas del domingo, tras dos horas y media de subida.

Ya en O Barco, los dos montañeros agradecen la labor de todos los participantes en el despliegue que los rescató. En la movilización intervinieron los Grupos de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil de El Barco de Ávila, Navacerrada, Riaza y Arenas de San Pedro, además de un helicóptero del GREIM y otro del 112 de Castilla y León, que fue el que los localizó y los devolvió al punto de inicio de la subida y donde habían dejado el coche. Fueron desplegados tras la alerta que, a las 24,00 horas, dio el guarda del refugio, con el que se habían cruzado, cuando comprobó que no habían llegado.

Los montañeros mostraron su agradecimiento a los cuatro equipos del GREIM y los dos helicópteros

Yañez y Maclaud salieron de O Barco el domingo para realizar prácticas en el entorno del refugio, después de prácticamente descartar la subida al pico Almanzor (2.591 metros de altitud) que habían planeado inicialmente. Con esta idea afrontaron una subida que entonces se presumía sencilla, dadas las condiciones meteorológicas favorables, que hablaban de un espesor de la nieve de apenas 20 centímetros. En pocos instantes la situación cambió totalmente, comenzando a nevar intensamente y a soplar una fuerte ventisca, que les obligó a superar una capa de nieve de más de un metro de alto.

De noche la situación se volvió insostenible. “Eu coñecía o camiño, pois xa fóra tres ou catro veces, pero perdemos as pegadas e o camiño e ao final nos desvíamos. Houbo un momento no que xa nos dimos conta de que non íamos atopar o refuxio”, explicó Yáñez. Ante esta situación, los montañeros barquenses decidieron buscar un cobijo. “Eran condiciones extremas”, aclaró Maclaud.

Primero se protegieron en un saliente de roca, donde estuvieron una hora. “Vimos que non aguantábamos”, dijo Yáñez. Tras retomar la marcha encontraron una cueva “para dos personas”, donde pasaron otras cinco horas, moviéndose constantemente a causa del frío y abandonándola porque “senón, morríamos de frío”, según Maclaud. Siguieron subiendo y al comprobar que no llegarían al refugio dieron la vuelta hacia la plataforma, localizándolos el helicóptero.