A la callada, como si no le oyera nadie y casi haciendo votos porque en ese reconocimiento expreso nadie le escuche... El aún presidente de la Xunta va soltando a cuentagotas, a medida de sus propios intereses, lo que antes negara hasta setenta veces siete al dictado de intereses ajenos a aquellos que se comprometiera a defender. Lo hizo con los ahora lánguidos puntos del incumplido contrato con los gallegos, igual con las medias verdades sobre el futuro sanitario, más aun con el docente, reinventando presentaciones, compromisos y resultados aún por llegar, al tiempo que dejando el paso le venga marcado y dirigido. Ayer, y ante líderes sociales, políticos y empresa que sostiene buena parte de sus proyectos por cumplir, reconoció muchos de sus incumplimientos, facturas por pagar y tensiones sin resolver. Y fue él quien lo dijo...
