Opinión

Reivindicando la crítica

Como se comentó el pasado fin de semana en el Congreso de Crítica Cinematográfica celebrado en el Rectorado de la Universidad de Málaga, no corren buenos tiempos para este género. Basta ojear los diarios durante estos días para constatarlo. Las páginas de Cultura de las principales cabeceras nacionales se han convertido en un enorme cajón de sastre.

Hay información, hay publicidad, hay marketing. Pero al final lo que funcionan son los departamentos de promoción, mientras la crítica queda arrinconada hasta lo meramente testimonial. Ocurre en los medios escritos, pero sucede también en la radio y en la televisión.

Durante el Congreso malagueño, las intervenciones de Mirito Torreiro y Carlos F. Heredero fueron las más lúcidas y tajantes al respecto. La publicación que recogerá todas las intervenciones dará fe de las jugosísimas reflexiones vertidas en la Universidad. Pero es preciso pasar a la acción. Aunque sea predicar en el desierto, hay que pedir, hay que exigir a los directivos de las empresas una mayor cuota de opinión en sus medios. Y recuperar el brillo de épocas pasadas.

La crítica es reflexión, análisis, argumentación, confrontación y debate en los foros públicos. La democratización de opiniones en la red no debe confundirse con el ejercicio de la crítica rigurosa. No todo el mundo está capacitado ni tiene autoridad moral para ejercerla.

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