Opinión

Enrique Miret Madalena, un teólogo seglar

Nacía en Zaragoza el 12 de febrero de 1914 y partía para la Casa del Padre en Madrid el 12 de octubre del 2009. Realizó estudios de bachillerato en Madrid. Licenciado en Ciencias Químicas en la Universidad Central (1942), intentó ingresar en la Compañía de Jesús pero la Guerra Civil se lo impidió. Fue químico, teólogo, escritor, profesor, conferenciante y colaborador en prensa y en revistas. Presidente de la Asociación de Teólogos Juan XXIII. Experto en teología, ética, sociología de la religión de la familia y de la juventud. Colaborador en diarios y revistas como ‘Informaciones’ y ‘Triunfo’, donde trabajó durante 20 años en la sección Cultural-Religiosa. Profesor del Instituto Superior de Pastoral (Universidad Pontificia de Salamanca) y de Ética (Instituto Universitario de Teología) del Instituto de Secularidad (Universidad de Comillas). Fue director de la Cátedra Pío XII (Universidad Complutense de Madrid).


Publicó artículos en periódicos y revistas de Información como El Imparcial, Diario 16, Le Monde, Hoja del Lunes de Madrid, Sábado Gráfico, Vida Nueva, El País. También publicó en enciclopedias: Labor, Salvat, Larousse y en la enciclopedia de la Educación. Por su actividad como escritor en 1965 fue elegido presidente de la Unión Nacional de Graduados de A. Católica, secretario general de la Unión de Apostolado Seglar, miembro del Consejo Superior Paz Romana. Participó como invitado en algunas sesiones del Concilio Vaticano II. Autor de una treintena de libros de temas religiosos, culturales y sociales (libros que debían leer el clero actual para ponerse al día). Su obra teológica más inte resante es ‘El nuevo rostro de Dios’. En la última etapa de su vida se especializó en Religiones Orientales y sus relaciones con el cristianismo. Fue consejero y presidente de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, vocal del Servicio Social Internacional con sede en Ginebra. También fue presidente y consejero honorario de la Asociación ‘Mensajeros de la paz’ y vocal asesor del Servicio Social Internacional. Poseía una colección de unos 1.500 catecismos, algunos incunables.


Padre de siete hijos. En 1974 recibió el premio ‘Populares de Periodismo’ del diario Pueblo de Madrid. En 2006 la medalla del Orden Civil de la Solidaridad Social del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Miret Magdalena fue un católico libre, uno de los grandes teólogos seglares del Vaticano II en España. Fue un inigualable polígrafo que supo dar respuestas a múltiples interrogantes de la vida con referencia a los más grandes humanistas de la historia. Defendió siempre un Dios ‘Amor y no violento’. Él fue una de las voces más autorizadas del catolicismo español. Un teólogo laico que deslumbró en sus artículos en diarios en revistas y en libros. Hasta que llegó él, hablar de teología era patrimonio exclusivo de obispo y clérigos ensotanados. El fue un teólogo seglar que supo influir en el mundo que le tocó vivir. Destacó por los enfoques de pluralismo religioso. Sobresalió para su apertura hacia otras confesiones religiosas y en movimientos espirituales antes perseguidos. Su Ecumenismo se adelantó a la declaración de Libertad Religiosa del Concilio Vaticano II. Con su muerte el catolicismo español ha perdido una de sus voces más autorizadas. Se mostró siempre crítico con el Nacional Catolicismo y fue un adelantado en el Concilio Vaticano II. Va siempre al fondo de las cuestiones e intenta compaginar la doble nacionalidad: la del corazón y la de la mente. Vivió y practicó un catolicismo crítico con el político y religioso. Su crítica se centró en las autoridades eclesiásticas que abusan de sus funciones y se erigen en un poder absoluto suplantando a Dios. Fue un intelectual comprometido con las libertades y los derechos humanos tanto en la dictadura como en la democracia. Defensor de los derechos de los niños, de los adolescentes y de los jóvenes marginados. Puso en práctica la opción por los más pobres de la vida. Su obra teológica más interesante es ‘El nuevo rostro de Dios’, con esta obra entra en la mentalidad de los agnósticos y dialoga con la ciencia. Se ha situado en posiciones abiertas y luminosas. Donde reencontró ideas represivas introdujo libertad y confianza. Modernizó los métodos teológicos y las transformaciones que acometió estuvieron siempre en la buena dirección por ello nunca fue represaliado y mucho menos excomulgado. Ha sido una de las personas que más he hecho por la convivencia pacífica y tolerante. El fue quien mejor nos ha enseñado a ser ciudadanos libres y quien más ha defendido la grandeza de la igualdad humana.


En su producción literaria hallamos libros, ensayos, artículos periodísticos y conferencias. Por todo cuanto llevamos dicho le encomendamos al Señor para que lo meta en ‘su seno misterioso hogar’ donde llegó el día de la Pilarica 2009 cansado del duro bregar.



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