Opinión

Iglesias muestra el camino a Errejón

Cuando el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, afirma que si su proyecto para el partido no es refrendado por la mayoría de los inscritos en Podemos dejará de ser su máximo líder, y más recientemente, cuando dice que si no gana su propuesta en la Asamblea Ciudadana que se realizará este fin de semana, Vistalegre II, es muy probable que abandone hasta el escaño en el Congreso para dedicarse a labores menos visibles, lo que está haciendo es mostrar el camino a su competidor y hasta ahora “número dos”, Iñigo Errejón, para que abandone también la primera línea si sus documentos políticos no son los elegidos por la militancia.

Pablo Iglesias le está diciendo a Errejón que se olvide de su continuidad al frente de la portavocía del grupo en el Congreso si pierde su proyecto, bajo la premisa de que quien pierde “no debe hacer sombra a nadie y no tiene que agarrarse al sillón”, de tal forma que la guerra en campo abierto ya está declarada por parte del líder, a quien, por otra parte, sería al único que salvarían los ‘errejonistas’ del “grupo de conspiradores” que le acompañan.

Ante la imposibilidad de recuperar el tándem Iglesias-Errejón, como el primero ha manifestado, lo que está en juego es la capacidad de recomponerse al día siguiente de que acabe el congreso si, efectivamente, los que salgan perdedores, porque no se va a producir un empate técnico entre ambos  –“la moneda no va a caer de canto”, afirma Iglesias- van a dejar el campo libre a los vencedores, si se producirá un cierre en falso y seguirán dando el espectáculo de la luchas internas, que tanto degradan a un partido y que tanto sancionan los electores, o si efectivamente habrá generosidad por ambas partes y se reconducirán las discrepancias al ámbito más interno, sin proyectar las trifulcas hacia el exterior.

Pero tan importante es cómo resuelven sus cuitas internas como que se comience a ver con claridad su proyecto para los próximos años y cuál es su política de alianzas, una vez que todos entienden que si quieren gobernar tendrán que buscar un entendimiento con el PSOE. Al que necesariamente tendrán que acercarse si consiguen la primogenitura de la izquierda si quieren llegar algún día a gobernar, o ante el que tendrán que ceder en algunos puntos maximalistas si los socialistas se recuperan y quieren contribuir a desalojar a los conservadores del poder como ya han hecho en el reparto del poder local y regional. Sus errores estratégicos ante las elecciones del 20-D,  y sobre todo los acontecimientos posteriores, han acentuado las discrepancias entre “errejonistas” y “pablistas”, pero como los fallos proceden de ambas partes, y como lejos de sentarse a debatir las causas se han dedicado a tirarse los trastos a la cabeza de forma pública y notoria, han llegado al  punto de no retorno actual.  El riesgo es que el ‘coro’ al que hace referencia Iglesias para gobernar Podemos, acabe teniendo una sola tonalidad. 

Las posiciones entre los dos sectores están tan enconadas que al menos tendrían que garantizar a sus militantes y votantes que el perdedor no va a ser tan ingenuo como para provocar una escisión, tan propia en los partidos de la izquierda desde la legalización del PCE, que reduzca aún más las posibilidades de su proyecto de recuperar el gobierno para la izquierda.

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