Opinión

LA SUBORDINACIÓN DE LOS POLÍTICOS

Hace pocos días, en un periódico regional del pasado día 19, apareció en primera plana la siguiente noticia: 'Centenares de políticos gallegos reciben cada mañana mensajes de sus partidos indicándoles 'qué deben decir en público'. Añade la información que los políticos gallegos reciben en su correo electrónico mensajes en los que se fija la postura oficial sobre cualquier asunto que pueda generar polémica 'o propicie el ataque del adversario'.


Sabido es que los partidos políticos tienen su estatuto en el que se les indica los deberes a los militantes que, en síntesis, viene a ser cumplir las instrucciones y directrices emanadas de los órganos de gobierno ajustando su actividad política a los principios, fines y programas del partido. Esto viene a ser como un catecismo o un decálogo con las normas a seguir.


El militante, bajo pena de infracción en sus distintos grados, no puede decir lo que piensa sino que, cuidando de no padecer dismnesica, eso que significa debilidad de la memoria', dirá lo que le mandan. Es algo así como si estuviera programado, teledirigido por un mando a distancia. y estos estatutos y mensajes directorios no sirven para nada si no llevan el añadido: 'Ante todo, España'. De otra forma parece como si la clase política mantuviera una lucha entre partidos relegando a España a término inferior. Discordia y discrepancia, es la insignia, el distintivo, es la imagen que nos están dando los partidos.


Los partidos políticos tienen su ideario, su ideología que hay que respetar, cosa distinta es que la compartamos. Pero ¿cuál es la postura parlamentaria con respecto al partido opositor? ¿Si tienes ideas positivas 'ignorarlas'? ¿Si son desaciertos, emplear la crítica dura? No todos los partidos lo hacen todo bien o mal. Pero a los soñadores, a los que no percibimos emolumentos dimanantes de la política, nos produce estupor esa sensación de disputa por el poder. ¿No será mejor poner el hombro aprovechando las ideas -vengan del partido que vengan- en beneficio de España en lugar de la permanente discordia, discrepancia? No hay que olvidar los vocablos unir, unión, juntar, 'Ante todo España'. De no ser así, ¿para qué nos sirven los políticos?


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