Opinión

Ejemplaridad

El inicio del juicio conocido como el caso “Nóos”, al margen de la cuestión meramente judicial, también pone de manifiesto una cuestión de ética, de moralidad y de ejemplaridad. Y lo es porque están implicados personajes de la vida pública que han abusado del poder que ostentaban en función de su cargo para enriquecerse. La película, lamentablemente, ya la hemos visto hasta la saciedad.

La atención mediática se centra fundamentalmente en la presencia en el mismo de doña Cristina, hija del rey emérito, don Juan Carlos, y de su marido, Iñaki Urdangarin. Una implicación que trasciende el interés doméstico, pues su repercusión traspasa nuestras fronteras.

En más de una ocasión hemos comentado que aquellas personas que ejercen una actividad pública tienen que esgrimir un comportamiento ejemplar. La proliferación de los casos de corrupción protagonizados por representantes institucionales ha provocado un carrusel de normativas, leyes y códigos denominados de Ética y Transparencia, que pretenden regular dicha actividad público-política.

Pero incluso la Casa Real tiene sus propias normas de transparencia, donde se dice que “los miembros de la familia de Su Majestad el Rey que no sean miembros de la Familia Real no desarrollarán actividades de carácter institucional”. Obviamente esta decisión del nuevo soberano se produjo al poco tiempo de ser proclamado, y entonces ya había estallado el aludido “caso Nóos” y que afectaba a su cuñado y a su hermana, la infanta Cristina.

Es más que obvio afirmar que quien aspira a representar los intereses generales ejerciendo un cargo público, sabe que ha de actuar con honestidad, dignidad y con ejemplaridad. Entonces, sobra tanta ley o códigos éticos y de buen gobierno. Es una cuestión de conciencia. ”Ejercerán sus funciones atendiendo al principio de buena fe y con dedicación al servicio público, absteniéndose de cualquier conducta que sea contraria a estos principios y con la diligencia debida en el cumplimiento de sus obligaciones. Mantendrán una conducta digna”, se dice en la Ley de Transparencia que aprobó el actual Gobierno.

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