Opinión

Marcha triunfal

Ya viene el cortejo! ¡Ya viene el cortejo! Ya se oyen los claros clarines. Ya llegan, ya llegan, los tres paladines: Abel Caballero, Carmela y el gran Zapatero. A tope el aforo. Magnífica el aula. Escaso el criterio: tres filas de asientos, las tres primeritas, ponen: ‘Reservado PSOE de Galicia’. Es un acto público. La entrada es gratuita. Pero unos son VIP y otros son Juan Pueblo. Siempre, los de siempre, van al gallinero. Se chocan las manos. Se lanzan los besos. Se marcan distancias. Se miden los gestos. Sociatas. Rojillos. Sonrisas (que matan). Algunas envidias. Muy pocas camisas. Corbatas, demasiadas. Trajes de chaqueta, ninguno de pana. Los bolsos, de firma. Y Ipads, muchos Ipads…

 Espero que Rubén Darío no se remueva en su tumba ante este burdo remedo de su ‘Marcha triunfal’. Veréis: la semana pasada asistí a una conferencia que dio Rodríguez Zapatiestos en el auditorio cultural de Abanca (Vigo). Y al ver la peña tan entregada, aplaudiendo como loca, y a los gerifaltes repantigados en las primeras filas que tal parecían gentes de banca, me vino a la memoria el cántico glorioso del insigne bardo nicaragüense: ‘A aquellas antiguas espadas, a aquellos ilustres aceros, que encarnan las glorias pasadas…’ 

 No voy a entrar aquí en lo de la ‘herencia recibida’ del señor ‘Talante’; en su ‘cheque bebé’ para moros y cristianos; en aquella trapallada de los 400 euros para todo bicho cotizante; en lo del plan ‘E’ (de engaño); en el desastroso ‘team’ económico de su gobierno, con Pedro Solbes a la cabeza, aquel otrora ‘funcionario de toda la vida’ que ‘con un solo ojo ganaba de calle los debates’, y que ahora está en la plantilla de Enel, como otros 40 ex altos cargos de aquel contubernio, que mientras España se hundía prepararon su desembarco al sector privado.

 No. Porque eso ya lo llevan haciendo las huestes de don Mariano -que ahora desmayan y huyen- desde que alcanzaron el poder (absoluto por cierto) y todo cuanto ‘peperete’ corrupto anda todavía suelto. Madrid rezuma carroña. Valencia apesta. En el PP los que no se han corrompido son versos sueltos. 

 No. La reflexión que pretendo es la siguiente: estos mandamases que aún quedan, rancios más que expertos, achantados tras los últimos comicios, ostentosos en las formas, pretenciosos en el fondo, aun no se han enterado de que los tiempos son otros. De que llegan las Mareas, en tromba. Los Podemos, pidiendo paso -y poder-, repartiendo ministerios, expropiando las eléctricas (para regalar calefacciones) y hablando en nombre de ‘la gente’. Y Ciudadanos pidiendo, sin quitársela, un cambio de chaqueta. Todos juntos serán como tsumamis y se llevarán a estos carcas por delante. Como a ratas. ¡Ya era hora!
 ¡Clarines! ¡Laureles! ¡Que pacten -y que cambien- o que se jodan! Y a nosotros que dios nos coja confesados. Amén.

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