Opinión

Acuerdos y desacuerdos

El acercamiento de posturas ya se hizo con Cánovas y Sagasta o Dato y Canalejas

Un acuerdo de mínimos entre PP y PSOE –los dos grandes partidos nacionales de toda la vida aunque en épocas pretéritas recibieron otras denominaciones- sería una buena solución para desbloquear la situación planteada por las urnas en la comunidad de Castilla-León y un modo muy adecuado de comunicar al pueblo español que ambas formaciones son generosas y eligen favorecer al votante en lugar de favorecer los intereses particulares de sí mismos. 

Es cierto que esta consulta electoral no tocaba y es fruto de un calentón del presidente Mañueco,  expoliado por el éxito de la presidenta autonómica de Madrid, quien se creyó –como se lo creyó en su día Cameron en el Reino Unido- que todo el monte es orégano y se la ha tragado como quien se traga aceite de ricino.

Pero también es cierto que el PSOE ha fracasado por todo lo alto, ha vuelto a perder asientos –como acostumbra a hacer cada vez que tocan urnas- y no es de recibo que ponga el grito en el cielo por una alianza electoral que no le gusta. Su líder, Pedro Sánchez, está en la Moncloa precisamente por su impudor galopante a la hora de buscar socios que lo mantengan y tampoco esta vez ha cesado a Tezanos ante el enésimo ridículo de la entidad que preside.

En todo caso, si Mañueco rechaza contar con Vox y el PSOE aboga por un cinturón sanitario que no está en condición alguna de exigir –un partido que saca 13 plazas en una cámara de 80 representa a una alta porción del electorado y se ha ganado el derecho a decidir- lo lógico es que para evitar males mayores establezcan una fórmula de acercamiento.

No va a ser así y Ferraz ya ha cerrado la puerta a esta solución que en un país como el nuestro fue posible en su momento y ahora no lo es. Cánovas, que era conservador, y Sagasta que era progresista, lograron coincidir en la fundamental y se facilitaron uno al otro los espacios de gobierno. Dato y Canalejas mantuvieron un clima de colaboración mutua  sumamente favorable para los intereses del pueblo, –conservador el primero y progresista el segundo, ambos eran gallegos y ambos murieron asesinados a principios del siglo XX- y tampoco hace tanto tiempo que PSOE y PP se pusieron de acuerdo para frenar la irrupción abertzale en el Gobierno de Euskadi e hicieron presidente al socialista Patxi López con una alianza que dio un resultado excelente. Sospecho que en esta situación, lo más lógico son elecciones de nuevo. No es lo mejor pero…

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