Opinión

Dos reflexiones

Mañueco quebró el pacto con Ciudadanos mal aconsejado por García Egea

Los periódicos, -sobrecogidos como todo lo demás por la espantosa tragedia de Terranova-dicen hoy en materia política dos cosas: que Teodoro  García Egea prefiere convocar nuevas elecciones en Castilla y León a pactar con Vox, y que Pedro Sánchez garantiza la abstención de su partido en esta comunidad si el PP se compromete a romper con Vox en todas las demás. Se trata de un par de reflexiones que sugieren a un espectador neutral el viejo refrán de que en el pecado se lleva la penitencia.

García Egea calculó tan mal las posibilidades electorales de su partido en esta convocatoria, que se ha visto abocado a replantearse  el cálculo para evitar que el remedio sea peor que la enfermedad. La coalición anterior proponía a Mañueco un gobierno tranquilo y bien gestionado de la mano de Ciudadanos que Mañueco quebró seguramente por consejo de Egea, abocando la región a unas elecciones autonómicas que no tocaban y que se convocaron ante la posibilidad de ganarlas por goleada.

Ahora, la situación que plantea la victoria popular insuficiente es mucho más dramática  y Egea ha de corregir sobre la marcha. En el caso de Sánchez, la situación es igualmente inaceptable. Su partido ha pasado de ganar unas elecciones a perderlas. Se ha dejado tres diputados por el camino y no puede gobernar ni siquiera juntando al resto de los participantes que han sacado escaño.

Pretende decidir el rumbo de unas elecciones en las que ha fracasado y lo hace proponiendo una estrategia política que él mismo no cumple, porque los pactos que le han llevado a la Moncloa son de la misma ralea que el que quiere prohibir a los populares. El presidente es, moralmente impresentable y políticamente inaceptable. Los dos grandes partidos de la política española están coordinados por sujetos que no merecen estar donde están, y quienes pagamos estas actitudes somos los propios administrados. El sufrido pueblo que paga sus impuestos, cumple con su cometido y recibe como respuesta estos disparates. 

No tiene buen aspecto el futuro inmediato de la Comunidad Castellanoleonesa ni va a ser fácil resolver este entuerto. Castilla y León está poblado por casi dos millones y medio de habitantes distribuidos en nueve provincias y 2.248 ayuntamientos que merecían un mejor apaño. 

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