Opinión

Selfi apocalíptico

Esto de los selfis es una peste de los tiempos actuales, como la de los candados en los puentes o los pintarrajos en las paredes. El afán por fotografiarse a sí mismo ante no se sabe qué, ha llevado ya a más de uno a perder la vida. “Voy a ponerme más atrás, más atrás, más aaaatrrrrrr¡¡¡¡¡¡¡¡”. Y ahí queda la foto pero con tonos dramáticos.

Hay quienes cargan con un palitroque ex profeso para poder alejarse si es posible hasta el infinito, y coger más panorama de fondo, que siempre sale chiquitín porque la cara del protagonista lo elimina. Antes se le pedía a un compañero de viaje que hiciese el favor, claro que había veces que el improvisado fotógrafo no era compañero, cogía la cámara y se daba a la carrera. Pero bueno, eran riesgos de bajo nivel. Aunque no improvisado, pero sí pensado, un individuo se empeñó en confraternizar con la realeza y ni corto ni perezoso se encaramó a la base sobre la que lucía la varonil y gentil estatua de Dom Sebastiao I de Portugal, cosa que la policía portuguesa trató de impedir. El caso es que en su intento precipitado de huida, el hombre se debió de liar sabe Dios con qué, y acabó con su majestad en tierra, aunque se supone que el espíritu real, ofendido por tal falta de respeto, agarró al sujeto sabe Dios por dónde, de modo que también el ofensor acabó besando el suelo, aunque, eso sí, con la rapidez de un felino salvaje, se desenredó como pudo y puso pies en polvorosa.

Tampoco está claro que dicho individuo lograra su propósito de plasmarse con el monarca, y si en plena carrera continuó con la cámara en ristre fotografiándose con la policía tras él. Seguro que sí, porque las instantáneas tomadas en maratón son muy apreciadas y sobre todo con fondo tan especial. Acción que le duró poco porque la policía está muy bien entrenada y consiguió echarle el guante. ¿Llevan guante los policías? Bueno, da igual. Es una frase hecha. El caso es que el fotógrafo de sí mismo se enfrenta a una condena de hasta cinco años por destrucción de patrimonio. No se sabe si en el intervalo de la caída y posterior evasión continuó pulsando el botoncito para dejar constancia clara de su heroicidad. Suponemos que sí. Ahora, si va al cali por chuli, tendrá un nuevo escenario y ropa nueva para dejar constancia gráfica de que él, sólo con su cámara sin palo, logró derribar una parte de la historia.

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