Opinión

El AVE, Feijóo y los baches

Es que no hay derecho, chico. Menos mal que las sesiones de control al presidente de la Xunta en el Parlamento gallego sirven para que el personal se cosque de que los baches acribillan la calle Vista Alegre que conduce a la residencia oficial de Monte Pío. Preguntaba la oposición a Núñez Feijóo por la reunión con el ministro de Fomento en la que abordó el "deslizamiento temporal" de la llegada del AVE a Galicia y son ganas de fastidiar. Tampoco llegó cuando el BNG respaldó el Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero y En Marea no puede criticar mucho porque el alcalde de Compostela tiene la casa sin asfaltar. 

Ahora todos nos hemos enterado de que la calle de Vista Alegre lleva dos años en obras y el alcalde Martiño Noriega no tiene compasión con el máximo dirigente de los gallegos. El chófer que traslada a Feijóo a diario acaba mareado por el sarampión de 'fochancas' que se ve obligado a sortear. Las doce curvas que proyecta Fomento parecidas a las de Angrois en la entrada a Ourense no representarán un gran problema cuando se concluya la obra. Al menos el maquinista sólo tiene que mantener el tren en la vía en vez de andar con un ojo pendiente de los socavones. 

Puede parecer una coña, pero para esto sirven las sesiones de control cuando el que manda tiene amplia mayoría absoluta. Feijóo demuestra una gran capacidad argumental para escabullirse de las críticas fiscalizando a la oposición en vez de responder a las preguntas que le formulan. "Se a reunión no Ministerio de Fomento chega o señor Villares, ao saír xa volve en AVE", espetó al portavoz de En Marea. "Moi gracioso, pero ao saír de eiquí quixera poder ir en tren a Lugo", respondió Villares. Y mientras nos reímos el AVE por hacer. 

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