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AFILANDO INCONFORMISMOS CON...
Bruno Cardeñosa Chao (Ourense, 1972) dirige y presenta, desde 2007, La Rosa de los Vientos de Onda Cero, que comenzó en 1997. Considerado uno de los programas de culto más longevos de la radio, el secreto, según Cardeñosa, es “que permite salirse de la norma y el silencio de esas horas”. Es autor de más de una decena de libros, como “11-S Historia de una Infamia“ o “W de Wikileaks”. Se define como inconformista “soy una persona absolutamente inquieta, que busca siempre algo. Me toca hoy en la lotería 100 millones de euros y me estoy quejando de que no me hayan tocado 200. No quiere decir que no sepa valorar las cosas que tengo, pero soy inconformista y creo que los seres humanos debemos serlo”. En 2019, durante su programa, anunció a sus oyentes que padecía esclerosis múltiple.
Pregunta.Trabaja en las madrugadas el fin de semana. ¿Qué tiene la noche?
Respuesta.La noche tiene, en medios de comunicación, la facilidad de permitirte cierta reflexión y cierta tranquilidad a la hora de hacer una entrevista. No estar presionado por hacerlo muy rápido, o sea, por los males que afectan algunos espacios en los medios de comunicación. La noche permite complicidad con la persona con la que estás hablando y, en cierto modo, también al que habla cierto atrevimiento para decir algunas cosas. Permite ser un poquito más políticamente incorrecto, desencorsetarse un poco. No soy una persona que le vea un romanticismo especial, pero yo estoy más lúcido cuando menos luz hay en la calle
P.Habla de reflexión. ¿Estamos en un momento en que tiene poca cabida?
R.Pararse tiene poca cabida. Es una sociedad donde se vive todo extraordinariamente rápido, no se para. No es un problema de los medios de comunicación, es un problema de la sociedad. El presente cada vez se evapora más, es más líquido. Nada dura. Hace tan solo un mes no se hablaba de otra cosa que no fuera el Papa. Y ahora parece que eso ya es la Edad Media. Eso trae la actualidad. Los escándalos o los temas que son noticia hoy, mañana se hacen antiguos. Gracias a las tecnologías tenemos la ventaja de poder estar muy informados, pero precisamente por eso convertimos en líquido todo lo que es importante y todo lo que es actualidad. Todo pasa de un momento a otro. Y lo que hoy es nuevo mañana es de viejos.
Es imposible que estemos solos en el universo, sería admitir que la humanidad es una anomalía
P.¿Somos ahora más conspiranoicos o más ingenuos?
R.Estamos más conspiranoicos. Precisamente el hecho de que todo vaya tan rápido y todo sea tan líquido, que decía el sociólogo Bauman, hace que las cosas no se asienten y que aparezcan grietas en la intelectualidad de las personas. Por ejemplo, la pandemia nos llevó a tener un conocimiento científico mayor. Descubrimos y aprendimos muchísimas cosas, pero a la vez permitió que crecieran las pseudociencias, las posiciones antivacunas, cosas que son irracionales en las que incluso creían personas preparadas. La incertidumbre provoca que te acerques al demonio. La gente votó a Hitler en su momento, y con coherencia nadie lo hubiera votado. Entre quienes lo hicieron había gente preparada, con estudios, culta. ¿Por qué se acercaron a Hitler? Por incertidumbre. Había alguien que daba una respuesta. Vivimos en un mundo de incertidumbre y el hecho de utilizar determinados temas para quitarla, aunque sean absolutamente anticientíficos y conspirativos, permite que lleguen a la gente. La incertidumbre hace que bajemos las alarmas, nuestras protecciones. Nuestra armadura esté llena de agujeros.
P. ¿Estamos solos en el universo?
R.No, científicamente es imposible que estemos solos, porque sería admitir que la humanidad es una anomalía, una cosa absolutamente ocasional, casual. Otra cuestión es ya que puedan venir y que estemos siendo visitados, eso se puede discutir. Ocurre que conocemos una mota de polvo, que está dentro de un domicilio, respecto al universo. Conocemos 6.000 planetas, pero es que con toda seguridad hay miles de millones. Seguramente dentro de 10, 20 años, el número se multiplicará exponencialmente, y ya conoceremos 50.000 y en algunos habrá más posibilidades de que se desarrolle la vida. Claro que no estamos solos, no podemos ser una casualidad. Seguramente hay millones de planetas habitados. Algunos por seres inteligentes como nosotros. No podemos pecar de provincianismo temporal y espacial, porque todo lo que tenemos delante es inmenso. Las dimensiones que tiene el cosmos son espectaculares, somos totalmente insignificantes y, si en algo tan insignificante, ha aparecido una civilización como la nuestra, seguramente hay muchos, miles de millones como nuestro planeta.
P.¿En qué le cuesta creer?
R.Me cuesta creer en el ser humano. Estoy preparando un libro donde hablo de determinadas circunstancias que tienen mucho que ver con los agujeros negros del ser humano. Me cuesta muchísimo creer que haya seres humanos que abran fuego contra otros porque tengan hambre, como está pasando en Gaza. Me cuesta creer que eso sea real, pero sé que desgraciadamente lo es. Me cuesta creer también en divinidades, en Dios. Pero quiero creer que existe una fuerza superior. Buscar algo que nos demuestre la existencia de una chispa divina en el ser humano. Pero cada vez que sabemos más, descubro que estamos más lejos de esa chispa. Me cuesta creer en la solidaridad del ser humano, aunque la deseo y hay seres humanos absolutamente solidarios y progresistas en su forma de ver la sociedad. Me cuesta creer en el ser humano, pero en el fondo confío en el ser humano
P.En 2021 publica “La vida se torció. Mi día a día con esclerosis múltiple”. ¿Su libro más difícil?
R.Con toda seguridad. En él hablo de mi enfermedad, de cómo pasó todo, hago una crónica de mi vida y el motivo del libro soy yo mismo. Evidentemente que fue muy difícil. Ojalá no lo hubiera escrito nunca. Lo peor que me ha pasado en la vida es, desgraciadamente, tener una enfermedad que me marca de por vida. Es el libro más difícil, pero a la vez es el que me ha reportado más satisfacciones, como la de que yo, gracias a tener cierta voz y cierta repercusión, he podido ayudar a otras personas. Ha sido una forma de decir no estás solo, una ayuda moral. Ha sido el más difícil, pero no me arrepiento para nada. Pero ojalá nunca lo hubiera tenido que escribir, evidentemente.
P.¿Cómo lleva la relación con Ourense?
R.Me siento extraordinariamente orgulloso de ser gallego, ourensano. Se vive en la distancia, pero no en el desconocimiento. Valorar Galicia como alguien de fuera, pero siendo de dentro, también es importante. Presumo de ser gallego y reivindico que también hay interior, que no sólo es Santiago y Vigo, sino también Ourense y Lugo. Me encantaría estar más, venir más a mi tierra, para mí tiene un aire especial. No ya ser de Ourense, sino de Ribadavia.
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